BCCCAP00000000000000000001096

22 La Virgen avanzaba por la muerte. A su cuerpo lo llamaba la tierra con voz omnipotente. Viento en rebelión, mar en el delirio de su noche interior. El trágico mar de sangre, atormentado en su silencio eterno de ansiedades, gritó bajo el cielo enfermo a toda la tierra su pecado. Y la tierra aún dormía. Un grito subterráneo va royendo las raíces del tiempo. Un ángel se alejaba por el camino del llanto. Bíblicamente hirió las tinieblas la espada del Señor y brotó el día, un día luminoso. Sobre la amada tumba abierta el cielo derramado. Hay un viento emocionado transido de palomas. Los ángeles vuelcan sus ánforas líricas en un cántico nuevo de exultación. Madre asunta al cielo en cuerpo y alma, ¿hemos de morir crucificados bajo el suicidio sordo que no grita la sangre?

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz