BCCCAP00000000000000000001093

i. Origen cíe la nueva, mentaiicia4. Entre los teólogos imbuidos de una nueva. mentalidad y partidarios de una nueva doctrina podemos contar, ya en la primera mitad del siglo XVI, a Juan Cagnazzo, O.P. (m. 1521), conocido comúnmente con el nombre de Tabiense o Tabiena; a Silvestre Mazzolini de Prierio, O.P. (1456-1527); al cardenal Tomás de Vío o Cayetano, O.P. 0469-1534); a Bartolomé Fumo, O.P. (m. 1545), a quien los antiguos conocen con el sobrenom– bre de Armilla; y a Domingo Soto, O.P. 0494-1560). Estos parecen ser los iniciadores de la nueva mentalidad, que se impondrá muy pronto; No dejará, seguramente, de llamar la atención ei que todos ellos sean dominicos. El Tabiense cree que el pecado es obra servil, pero no en sentido literal, ya que el precepto del descanso prohibe úni– camente las obras manuales o corporales no necesarias ( 71 ). Por consiguiente, el pecado no es obra servil ni quebranta gra– vemente el precepto dominical. El pecado, es verdad, se dirige contra el fin del precepto dominical, pero no contra el fin inmediato y literal, es decir, contra el precepto en sí mismo ni contra el culto externo ( 72). Más aún, se podría decir que el pecado quebranta levemente el tercer mandamiento del decá– logo, .pero no se puede afirmar que quebrante el precepto de abstenerse de las obras mecánicas o corporales ( 73). Del mismo parecer es también Silvestre de Prierio. Sil– vestre afirma con toda claridad que el cristiano está obligado a abstenerse en los días festivos no sólo de los pecados, sino también de las obras serviles (74); pero estimamos que con esto no quiere enseñar que el pecado profane gravemente el día de fiesta ni tampoco que quebrante la parte positiva del tercer mandamiento del decálogo. Efectivamente, Silvestre en– seña explícitamente que el cristiano debe consagrar de modo especial los domingos y días festivos al culto divino por medio de salmos, himnos y cánticos espirituales. Ahora bien, esto constituye el fin del precepto dominical; pero el fin del pre– cepto no cae bajo el precepto, y de aquí que el cristiano no pecará gravemente contra el tercer mandamiento si oye misa ('11) CAGNAZZO I., Summa Tabiena, pars I, Ctrcumstantia, n.12, p.24611. Véase también ibtdem, Fertae, n.18, p.745; n.48, p,749. (72) Ibídem, Fertae, n.16, p.745: « ..• quamvis peccatum mortale sit magis contra ftnem huius praecepti, non tamen contra fl,nem immediatum et litteralem... ». Véase igualmente ibtdem. n.48, p.'149. (73) Ibtdem, n.48, p.749: « Propter hoc praeceptum praeclpitur solum quies ab opere mechanico ut possit vacare cultui ·divino extrinseco, ita quod non sit necesse peccatum mortale, puta adulterium, esse contra hoc praeceptum..., quamvis sit contra tertium ». (74) SILVESTER DE PRIERIO, Summa Sylvestrtna quae summa summarum merito nuncupatur, pars I, Dominica, n.5, p.458. 46

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz