BCCCAP00000000000000000001093

Á Juan buns Escoto, Ó.F.M. (m. 1308), atribuyen frecuen– temente los autores la opinión de que el pecado es obra servil y que profana el día de fiesta ( 54 ). Aunque nos figuramos que ésta sería la opinión que habría defendido Escoto, en honor a la verdad, debemos observar que el Doctor franciscano no trata explícitamente de semejante problema. Escoto trata explícita– mente de los actos de caridad para con Dios (55), y, sobre este punto, todos los autores, en general, atribuyen al gran Maestro franciscano categóricamente la opinión de que semejantes actos son obligatorios en domingo ( 56). Sobre esta cuestión queremos también observar que Escoto propone su opinión con suma mo– destia, sin declararse en firme por la afirmativa. Efectivamente, el precepto de amar a Dios sobre todas las cosas no sólo obliga siempre a no cometer ningún pecado de odio, sino que obliga también algunas veces a realizar el acto de caridad o amor para con Dios. La razón que mueve al Doctor Sutil a poner esta obli– gación es que los actos de caridad tienen por objeto a Dios en cuanto fin último externo del hombre, de donde se deriva a los, actos humanos toda su bondad moral. Ahora bien, si el hombre está obligado alguna vez a realizar actos buenos o virtuosos, también lo estará a amar con amor de caridad a Dios, fuente y origen de toda bondad. Pero, en concreto, ¿cuándo está obligado el cristiano a ejer– citar estos actos de caridad? El gran Maestro franciscano no se atreve a precisar, pero indica que tal vez esté obligado todos los domingos, según aquel precepto divino: sanctifica sab– batum et maneat unusquisque .apud se (Ex 16,29). Sea de ello lo que fuere, la Iglesia ha determinado que se oiga misa todos los domingos (57). (54) Pueden consultarse, entre otros autores, TOLETUS F., De instructione sacer• dotum et peccatis mortalibus libri acto, Lugduni 1681, lib.4, cap.24, n.12, p.599; SOTUS D., De iustitia et iure libri de'Cem, Venetiis 1584, lib.2, q.4, a.4, p.141s; PATUZZ!, o.e., t.IV , pars lll, diss.un. , cap.5, p.116; MAYOL l., Summa moralis doctrinae thomis– ticae circa decem praecepta decalogi, [Avenione 1704], en MIGNE, Theologiae cursus completus, t.XIV, col.276; FAGUNDEZ S., In qutnque Ecclesiae praecepta, Lugduni 1626, cap.IX, n.1, p.40; VIATOR A COCCALEO, Tentamina theologico-moralia, Lucae 17'/8, t.II, diss.1, cap.8, n.6, p.118. (55) IOANNES DUNS SCOTUS, III Sent., d.27, q.un ., n.18, en Opera omnia, ed VIVES L., Parisiis 1894, t.XV , p.372s. Las variantes que ofrece el pasaje a que nos referimos, frente al Códice A (Asís), que sirve de base a la edición crítica de las obras de Escoto, son de muy poca monta, máxime en lo que a nuestra cuestión se refiere. (56) Véanse, entre otros, los siguientes autores: SOTUS D., o.e., lib.2, q.4, a.4, p.141; MALDONATUS I., Ope.ra varia theologica tribus tomis comprehensa, Lutetiae Parisio– rum 1677, t.II, col.266; SANCHEZ TH., Consilia seu Opuscula moralia, Lugduni 1681, t.II , Jib.5, cap.2, dub.3, n.1, p.111; SUAREZ F., De virtute religionis, Jib.2, _cap.16, n.12, en Opera omnia, t.XIII, pag.321; DE CASTROPALAO F., Opens rnoralis pars secunda, ed.3, Lugduni 1656, tr.9, disp.un. , punct.4, n.8, p.64; PONCIUS I., Theologiae moralis cursus integer ad mentem Scoti, Lugduni 1671, tr.8, disp.33, q.1, concl.4, n.19, p.390; S.ALPHONSUS, Theologia moralis, ed. Gaudé, Romae 1907, t.I, n.264, p.545. (57) DUNS SCOTUS, l.c.: « Quantum ad secundum dico illud praeceptum affirma– tivum... non tantum obligat ad semper oppositum fugiendum, ne scilicet insit actus 39

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz