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d.ei cristiano en Íos días festivos debe fijarse, ante todo, en Ía fuga o abstención de las obras pecaminosas, porque más cen– surable es quien invierte el día del Señor en estas obras que quien lo ocupa haciendo algo útil en su casa o en su campo ( 13 ). San Próspero de Aquitania (s.IV- V), llevado de su de– voción al gran obispo de Hipona y hasta apropiándose sus mis– mas expresiones, nos enseña que el cristiano observ,a verdá– deramente el sábado si se abstiene de toda obra servil, esto es, de todo pecado, porque quien comete el pecado es siervo deil pecado O4). Y el gran Pontífice y Doctor de la Iglesia, san Gregario Magno (540-604), refiriéndose a la observancia del descanso sabático por parte de los judíos, explica por qué los sábados de los judíos eran despreciados de sus enemigos ; y la razón está en que éstos veían a aquéllos preocupados por el descanso ma– terial y externo, es decir, por el descanso de las. obras malas, pero enteramente descuidados del descanso o abstención de los pensamientos, deseos y complacencias de las obras malas (15). Un siglo más tarde san Beda el Venerable (672-735) repro• duce esta hermosa interpretación alegórica y espiritual. Ante. todo, cree este santo Doctor que el precepto sabático manda abstenerse de las obras mundanas, de los vicios y de los peca– dos, pero no de las obras buenas y religiosas. Más aún, san Beda, a una con san Gaudencio, san Jerónimo y san Agustín, afirma explícitamente que el pecado es obra servil, porque quien comete el pecado es siervo del pecado, según sentencia irrecusable del Divino Maestro.« Et ait homini habenti manum aridam : surge in medium. Et· dicit eis : si licet sabbatis b~ne · facere an male? Praeveniens Dominus calumniam iudaeorum quam sibi perfida mente paraverant, arguit eos quia legis prae– cepta prava interpretatione violarent, aestimando in sabbato etiam a bon is operibus t eriandum, cum Lex a mal is abstinere (12) Véanse estos autores en los lugares citados anteriormente. Obsérvese .cómo san Gaudencio y san Jerónimo afirman que en día de fiesta hay que dedicarse solamente a las cosas que miran al alma. San Ambrosio, a su vez, enseña que en sábado.. hay qua abiitenerse de las obras mundanas, saecularia opera (S.AMBROSIUS, Exposit10 Evan• gelii secundum Lucam, lib.7, n.173, en Opera omnia, t.III, col.238); Tertulliano, por su parte, nos dice explicitamente que en sábado hay que evitar las obras humanas y cotiáianaa (TERTULLIANUS, Aclversus Marclonem, lib.2, cap.21, en PL 2,336). (13) S.AUGUSTINUS, o.e., tr.20, n.2, en PL 35,1556. (14) S.PROSPER AQUITANUS, Liber sententiarum ex operibus S.Augustinl de– l!batarum, n.324, en PL 51,477: « Verum sabbatum chrlstianus observat abstinens se ab opere serv!Zt, id est, a peccato: quoniam qui facit peccatum servus est peccati ». (15) S.GREGORIUS MAGNUS, Homiliae in Ezechtelem prophetam, lib.1, hom.12, n.19, en PL 76 927: « Viderunt eam hostes et deriserunt sabbata eius. Hostes quippe sabbata derident quando maligni sp!ritus otiosae mentí pravas cogitationes iniciunt, ut et si quiescit ab opere, non quiescat a malorum operum deTectatione... Et qui quiescit, quiescat ut pravitatis desíderia · repellantur a cogttattone, cum ia¡n repulsa yidentur ab opere». 25

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