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1. Pensamiento de los Padres latinos. A fines del siglo II y principios del siglo III de nuestra era encontramos esta concepción alegórica y espiritual, aunque aún no bien definida, en el gran polemista Tertuliano ( 160?- 240). Efectivamente, el Señor había impuesto a los judíos que santificaran el sábado absteniéndose de toda obra servil; tam– bién al cristiano se manda que observe el sábado,, y se le manda más que al judío, ya que el cristiano debe sabatizar, es decir, descansar- de toda obra servil no sólo un día a la semana, sino siempre, en todo tiempo. Por lo demás, el sábado que debe ob– servar el cristiano no es el sábado temporal y humano de los judíos, que Dios aborrece, sino el sábado divino y eterno inau– gurado en los tiempos de Cristo (3). Este sábado divino y eterno no prohibe obrar el bien sino el mal, no prohibe las obras di– vinas sino las humanas y cotidianas (4). Tertuliano, pues, da al descanso semanal del cristiano un cierto sentido alegórico y espiritual: el descanso no consiste meramente en abstenerse de las obras mecánicas y corporales. Un siglo más tarde nos brinda estos mismos conceptos san Ambrosio (340?-397). El gran obispo de Milán enseña, en efecto, que el sábado es figura del descanso eterno de los bienaventu– rados en la patria celestial, y que, por lo mismo, el descanso de los cristianos debe asemejarse al descanso de aquéllos me– diante la abstención de las obras mundanas. Este descanso, por lo demás, no debe ser un ociar absoluto, ya que ni siquiera el Padre Celestial cesa en su actividad el día de sábado, sino que nuestro descanso debe recaer sobre las obras malas y no sobre las buenas ( 5). (3) TERTULLIANUS, Adversus Iudaeos, cap.4, en PL 2,644: « Dicunt enim iudaei quod a primordio sanctificaverit Deus diem septimum, requiescendo in eo ab omnibus operibus suis quae fecit, et inde etiam Moysen dixisse ad populum: Mementote diem sabbatorum, sanctificate eum. Omne opus servile non facietis in eo. praeterqua.m quod ad animam pertinet. Unde nos intelligimus magis sabbatizare nos ab omni opere servili semper debere, et non tantum septimo quoque die, sed per omne tempus. Ac per hoc quaerendum nobis est quod sabbatum nos Deus vellet custodire. Nam sabbatum aeternum et sabbatum temporale Scripturae designant. Dicit enim Isaias propheta: sabbata vestra odit anima mea. Et alío loco dicit: sabbata mea profanastis. Unde dignoscimus sabbatum temporale esse humanum, et sabbatum aeternum censeri divinum... Quod intelligimus adimpletum temporibus Christi ». (4) TERTULLIANUS, Adversus Marcionem librt quinque, lib.4, cap.12, en PL 2,414s; véase también Jib.2., cap.21, en PL 2,336. (5) S.AMBROSIUS, Expositio Evangelii secundum Lucam, lib.5, n.39, en Opera omnia, Mediolani 1877, t.III, col.133: « Mihi irascimini qui totum hominem salvum feci in sabbato ... In quo iudaeos redarguit Christus, qui malis interpretationibus Legis praecepta violarent, aestimantes sabbato etiam a bonis operibus feriandum; cum Lex in praesen– tibus formam praefiguraverit futurorum in quibus utique malorum feriae futurae sunt, non bonorum ». Véase también ibiciem, lib.7, n.173s., en Opera omnia, t.III, col.238s, 22
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