BCCCAP00000000000000000001093
ÍNTRODUCCIO'.N Se ha dicho que el problema de la determinación de las obras. serviles y liberales ha sido en todo tiempo el rompecabe– zas de los moralistas ( 1 ) y una de las cuestiones más embrolla– das de la teología moral ( 2 ). En verdad, si uno dirige una mi– rada superficial sobre el apartado de las obras serviles, y liberales se forjará quizá la ilusión de poder trazar sin grandes dificul– tades los linderos de ambos campos ; pero si insiste en su labor y trata de profundizar y precisar recurriendo a las enseñanzas de la historia y descendiendo a casos particulares, encontrará seguramente un mar de dificultades capaces de tronchar sus primeras ilusiones. En esta fase de profundización el estudioso ha de tropezar muy pronto con el concepto de obra servil y liberal, y consi– guientemente, con el de sus elementos constitutivos, con el pro– blema de las obras intermedias o comunes, con el del finis ope– rantis, con el de la estimación común del pueblo cristiano, con el de la costumbre... elementos, todos ellos, que dificultan e in– fluyen más o menos directa y eficazmente en la solución de los casos concretos. La Iglesia, por su parte, ha adoptado en su doctrina y en su legislación los viejos términos obra servil y obra liberal, pero nunca ha adelantado oficialmente su definición ni ha aclarado tampoco el contenido y amplitud de los mismos. La Iglesia, sin embargo, prohibe hoy al igual que ayer las obras serviles. Toda la dificultad estriba, pues, en precisar el concepto de obra servil y en determinar si el concepto actual puede apartarse del con– cepto transmitido en siglos anteriores o, más bien, debe concor• dar con él. He aquí, pues, ya apuntado el objeto de nuestro estudio que no es otro que llegar a determinar el concepto de obra servil. Pero esto requiere y supone ya aclarado el problema de la re– lación existente entre pecado y obra servil y solucionada la cues– tión del influjo del finis operantis y de otras circunstancias so– bre el carácter de las obras serviles, liberales y comunes o intermedias. En nuestro estudio no podemos prescindir de exa– minar detenidamente el movimiento moderno, movimiento reac– cionario que se caracteriza por su oposición a las enseñanzas comúnmente transmitidas por nuestros manuales y tratados de (1) L'Ami du clergé 55(1938),342. (2) Ibídem, 25(1903),968: « Le probleme du travail servlle est un des plus embrouillés qui soient en théologie morale ». 19
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz