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por san Ireneo IV,33,12, óúonm ó fí11.Lo<; µrnr¡µ~plcxc;. Loisy piensa incluso que el texto de Am6s es la principal fuente de los evan– gelistas. Pero es tanto más temerario negar la realidad del hecho cuanto que cada año, en Jerusalén, el comienzo de abril (y sólo esa estación) se distingue por días muy sombríos que nosotros llamamos familiarmente días de siroccos negros. La atmósfera se llena y se impregna de polvo. Se puede suponer que este fenó– meno tuvo aquel día una intensidad milagrosa 84. Las vidas de Jesús que escriben los autores católicos -entre las más célebres la de Fouard (1880) y la de Fillion (1929), consultor de la Comisión Bíblica- responden a este tipo de exégesis, con cierta acentuación descriptiva del aspecto compasionista y patético. II. LAS TINIEBLAS EN LOS AÑOS DE LA FORMGESCHICHTE l. Bultman y otros autores La pregunta de la Geschichte dier synoptischen Tradition (1921) es ésta: cómo se han formado, con qué proceso evolutivo, los evan– gelios que hoy tenemos. Pregunta lanzada en el siglo pasado, viví– sima en Loisy, pero retenida en general entre los católicos por miedo de atentar contra la sacralidad y la inspiración del texto escriturístico. En nuestro caso, por tanto, la pregunta base de la exégesis es ésta: cómo se ha formado en la génesis del evangelio el dato de las tinieblas. El medio vital de formación (Sitz im Leben) nos dará el género de la exacta interpretación. La respuesta para Rudolph Bultmann es clara. Primero, las tinieblas no pertenecen al relato primitivo de la Pasión; son un dato de formación posterior. Segundo, las tinieblas pert.enecen a la leyenda cristiana, son un motivo puramente novelístico, clasificado entre los 'tÉpa1:a de la muerte de Jesús. Al referirse a Me 15,33 y 38, dice: "No se puede ver ahí el re– lato antiguo, sino la leyenda cristiana" 85 • Y más específicamente se· expresa así: Aparte de ello [acaba de hablar del motivo del cumplimiento de las profecías] hay que observar motivos puramente novelísticos. A ellos pertenecen los -répw:a de la muerte de Jesús. En qué me- 84 M.-J. Lagrange, l:vangile selon saint Marc (EtB; Paris 41929) 432. 85 R. Bultmann, Die Geschichte der synoptischen Tradition (Güttingen 91979) 295. 57