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ciona de forma inmediata o mediata con Jesús, que nosotros po– demos considerar no como expresión de un hecho, sino como la expresión de una idea de sus primitivos seguidores" 55 • La leyenda no llega a formar una unidad tan coherente y completa, pero, en todo caso, pertenece al mismo género 56 • Dentro de las matizaciones del mito, el mito "histórico" tiene lugar cuando un hecho, origina– riamente histórico, pasa al poder de la imaginación, que lo envuel– ve de concepciones míticas; por ejemplo, el bautismo de Jesús 57 • Con este cuadro por delante se adivina cuál va a ser la exégesis de las tinieblas. Nada impide atribuir esta oscuridad a una causa no astronó– mica sino atmosférica, y hacerla provenir de los vapores espesos difundidos en el aire, vapores que no es raro ver que se produz– can con ocasión de los terremotos. (. .. ) Sin duda tales oscureci– mientos del aire pueden extenderse sobre regiones enteras, pero no es menos verdadero que cuando los evangelistas relatan que la oscuridad se extendió sobre toda la tierra, Errl rráoav (o;\,r¡v) TrJv yfjv, es decir, según la explicación más natural sobre el globo en– tero, esto ha de ser considerado como una exageración 58. Para los evangelistas, esta oscuridad está motivada por una cau– sa sobrenatural, "pero tal suposición está desprovista de fundamen– to, ya que tal milagro carece de una finalidad suficiente·" 59 • En conclusión de todo: "aquí, ante nuestros ojos, no tenemos otra cosa sino una leyenda cristiana, que tenía su fuente en las ideas ex– tendidas, y que quiso que la naturaleza entera celebrara, por este duelo solemne, la muerte trágica del Mesías" 00 • 55 Strauss, Vie de Jésus, 107. En el Prefacio había escrito (1-2): "No es este libro donde por primera vez se ponga el mito en relación con los Evangelios. De tiempo atrás se ha aplicado a partes aisladas; ahora no hace falta sino extenderlo al conjunto de esta . historia. Esto quiere decir no que toda la his– toria de Jesús deba ser considerada como mitológica, sino que cada parte ha de ser sometida al examen de la crítica, a fin de saber si contiene algo de mitológico". 56 Sobre el particular dice (109) : "No es lo mismo cuando se trata de aque– llas partes donde se advierten indecisiones y lagunas, malentendidos y transfor– maciones de sentido, confusión y mezclas, resultados naturales de una larga tra– dición oral, o bien donde se encuentran características opuestas (. ..). Para estas partes es más conveniente la denominación de leyendas". ;;¡ El mito puede ser "mito puro", cuando no hay un hecho real detrás de él, sino tan sólo una idea (p.e., la transfiguración, el velo rasgado) o "mito his– tórico", cuando hay un soporte histórico de palabras (p.e., pescadores de hom– bres, la higuera estéril) o de acontecimientos (p.e., el bautismo). ss Strauss, Vie de Jésus, 541. S9 Strauss, Vie de Jésus, 541. oo Strauss, Vie de Jésus, 542. Centrándonos en Strauss, hemos pasado por alto exegetas que le preceden en esta labor de interpretación. Citamos H. E. Gottlob Paulus, Kommentar über das Neue Testament (1802) sobre Mt 27,45; Chr. Th. Kui– noel, Commentarius in libros Novi Testamenti, vol. I: Evangelium Matthaei (31823); 50

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