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aquellas sombras a la Judea, porque para solos los judíos se obra– ba el milagro" 9 • Tiene una razón nueva, porque para el tiempo de Maldonado ya se ha hecho la circunnavegación del mundo y se sabe que la tierra es esférica. Añado yo que ni siquiera pudo ser ello posible, porque a la hora de sexta del Calvario era de noche en la mitad del orbe de la tierra, y en otros muchos lugares en que brillaba el día no coincidían la,s horas, es decir, no era mediodía, que es diverso en los distintos puntos del globo 10. En fin, Maldonado, reteniendo la autoridad de Dionisia, llega a esta conciliación: Todo puede conciliarse admitiendo que el eclipse de sol total en la Judea fue parcial en otras partes y más o menos visible, con razón de su distancia a la Palestina. Por ío cual Dionisia pudo ver en Egipto el eclipse; pero no en su fase plena, que diese lugar a las grande,s tinieblas de Jerusalén; y aunque él diga que fueron muy grandes las que presenció, pero se entiende en relación con las que se dan en los eclipses naturales del sol 11 • Cornelio a Lápide (t 1637): siete milagros Su comentario a los evangelios es obra de ancianidad, publicado con otros libros como obra póstuma en 1639 12 • El punto específico que aquí interesa subrayar es que el exegeta, siguiendo el proce– dimiento de análisis ya conocido, ha llegado a distinguir hasta siete milagros que se verificaron en el portentoso suceso visto por el Areopagita y confirmado por Flegonte. Un milagro, no surgido hasta ahora, es el quinto de su enumeración. El quinto que, siendo la luna menor que el sol, no era posible que cubriera y oscureciera el sol entero; por eso en los eclipses de ,sol éste aparece mucho y difunde amplia luz sobre la tierra. Aquí, en cambio, el sol se oscureció del todo, de forma que vinie– ron densas tinieblas a la tierra, cuales fueron las tinieblas que se arrojaron sobre Egipto (Ex 10,23; Sab 17,ss). Por eso Mateo las llama "tinieblas" y no eclipse. Esto se verificó de este modo: Por la acción de Dios el ,sol en aquella parte en que no había quedado 9 Maldonado, Mateo, 1054. 10 Maldonado, Mateo, 1054. 11 Maldonado, Mateo, 1055. 12 Una valoración de la figura exegética de Cornelo a Lapide, con motivo del tercer centenario de su muerte, la hizo R. Galdós, "De scripturisticis me– ritis Patris Cornelii a Lapide": VD 17 (1937) 39-44.88-96. En el Proemio a los Evangelios (Commentarium in Matthaeum et Marcu.m, Parisiis 1857, 14) Cornelio a Lapide escribe: "Jam enirn senior, aetatem pene omnem in hac sacrae Scrip– turae palestra discenda contrivi, ac a quadraginta fere annis illam qua docendo,. qua scribendo docere satago". 35

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