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PROLOGO El día 28 de marzo de 1987 expuse en pública defensa, en el Aula Magna del studium Biblicum Franciscanum el tema de la presente disertación. En el Liber Annuus del Instituto, en la cró– nica de 1986-87, se dio cumplida información (cf. L. A. XXXVII, 1987, 494-496). Una tesis sobre la muerte de Jesús era en mí un viejo deseo -Y una pasión por la persona del Sefior- desde que frecuenté el Pon– tificio Instituto Bíblico y escuché al P. Ignace de la Potterie un curso sobre Jn 18-19. Aquello fue el primer germen del trabajo que hoy presento, que por el rumbo de mi vida y actividades no fue posible entonces darle salida. He sido favorecido con la bolsa de estudio de que gozan los estudiantes residentes en el Studium Biblicum Franci'scanum. Y en Jerusalén, en la ciudad de la Muerte y Resurrección de Jesús, en el convento de La Flagelación, que está entre Getsemaní y el Gól– gota, me he aplicado a este estudio sobre la muerte del Sefior: las tinieblas en la muerte de Jesús según San Lucas, un texto que en el Monte Calvario, ante la Cruz, se proclama todos los días como antífona en la liturgia procesional que se hace. Me ha dirigido la investigación el profesor de exégesis del Nue– vo Testamento P. Giovanni Claudia Bottini, siendo correlator el P. Lino Cignelli, profesor de griego bíblico y de literatura patrís– tica. Aparte de su competencia académica, he sentido de mis pro– fesores el testimonio y ayuda de su clara fe, sin cuya misteriosa luz la exégesis queda infecunda. A ellos mi sincero agradecimiento, como también al P. A. Marceno Buscemi, profesor de exégesis del Nuevo Testamento y de filología del Nuevo Testamento, censor de– signado, que ha revisado el manuscrito con todo detalle. Mi acción de gracias alcanza igualmente a la Custodia de Tierra y a esta casa franciscana. 5