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Este pasaje está todavía más amplificado en la Carta XI del "cor– pus areopagiticum"; pero esta carta es espúrea respecto al Pseudo– Areopagita, es un Pseudo-Pseudo-Areopagita, un apócri.fo elevado al cuadrado, como se ha dicho. Anteriormente se había hablado de eclipse, pero ahora se de– fiende esta postura por medio de un testigo ocular, el cual, por otra parte, entiende de astronomía. Prodigio sublime eI de este eclipse total de sol. Los eclipses totales. de sol son muy breves. El que ha de ocurrir el 5 de julio del año 2168 durará 7 minutos y 28 segundos y será el más largo de cuantos la ciencía astronómica ha registrado en la historia. El Areopagita será venerado por sus escoliastas. Aceptan su ex– plicación san Máximo el Confesor (t 602), en sus Scholia a las obras del Maestro, lo mismo que Jorge Paquimeres (s. xn1-x1v). Entre los cronógrafos, el Chronicon pascale (s. vn) cita la autoridad de Dio– nisia (cf. PG 108,1193D). El Chronicon breve, de Jorge el Pecador (s. IX), no lo cita (cf. PG 110,1011). Dionisia Areopagita tuvo sus biógrafos y panegiristas, que ponderarán el episodio de la Pasión. Asi, Miguel Syncenos, en su Encomio de san Donisio Areopagita (cf. PG 4,629-630A) y Simeón Metafrastes, Vida y costumbres de san Dionisia Areopagita (cf. PG 4,593-594A; 115,1031-1050). Con todo, los últimos exegetas griegos, T'eofilacto (t 1107) y Euti– mio .Zigabeno (t 1118), en sus comentarios evangélicos, al hablar de las tinieblas, ignoran el nombre del Areopagita. Aunque en este momento estamos polarizados en la novedad del Pseudo-Areopagita, hemos de añadir que los intérpretes orientales, al hacer su interpretación, vuelven a diversos temas teológicos co– nocidos en la patrística anterior. Pasemos a Occidente. Aquí Escoto Eriúgena (t 877) fue el tra– ductor del Areopagita sobre el año 852. Las obras anteriores a la difusión del Areopagita lo ignoran. San Beda (t 735), que ha co– mentado Mt-Mc-Lc, hace una exégesis mística (Adán-Cristo), que repetirá con otros motivos la Glossa ordinaria de Wahllfrido Estra– bón (t 849). Igualmente Rabano Mauro (t 856), en sus amplios Commentariorum in Matha•eum libri VIII, que cita la tradición an– terior en forma de cadenas, ignora al Areopagita. La primera mención nos la trae Pascasio Radberto (t 865) en su Expositio in Ev. Matthei. Más tarde, Pedro Comestor (t 1178) en su Historia Scholastica (cf. PL 198,1031-1032). Estos autores de la alta Edad Media se van repitiendo en cuan– to a los motivos espirituales de la interpretación. 31

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