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LA TEOLOGÍA EN EL SIGLO XV 175 Barrientos 4 ; el Compendio de la fortuna y el Tratado de la predestinación de Martín Alonso de Córdoba 5; todos en prosa castellana. Otro tratado de principios de siglo, que creo debe atribuirse a Moxena, es la Disputa entre un moro filósofo y Gonzalo Morante sobre la Trinidad y la Encarnación, escrito en prosa castellana y en sentido alegórico. Este tratadito no parece ir dirigi– do a los moros o a los mudéjares, en vistas a su conversión al cristianismo; por el contrario, parece escrito para evitar que los cristianos se pasasen a los sarracenos. SALAMA'.\ICA EN EL CONCILIO DE CONSTANZA Los tres reinos hispanos de Castilla, Aragón y Navarra, no llegaron oficial– mente a Constanza sino ya bien entrado el año 1416, un año antes de la elección del nuevo Papa. Y la historia que se conoce de España en Constanza es la que se refiere precisamente a este período 6 • Esto no quiere decir que no hubiese teólogos españoles que de una manera o de otra dejasen de acercarse al Concilio e::1. los primeros tiempos . Desde nuestro punto de vista cabe citar a dos maestros sal– mantinos: uno fue fray Pedro de Villacreces, que apenas obtenido el magisterio, inició una austera reforma dentro de la orden franciscana. Y fue personalmente a Constanza para obtener su confirmación. El otro maestro, fray Diego Moxena, al que se dedica el anexo, y cuyas activi– dades, en relación con Constanza, trataré de resumir a continuación. Cierto, duran– te los tres años exactos que permaneció allí, este hombre, tenido, como hemos dicho, por «grant letrado e gran maestro», «subtilissimus theologus», «solenne Maestro en Teología», dotado de «eine enzyklopadische Kultur», «un dialé~tico redomado», etc., este hombre, digo, es de suponer que no pudiese estar quieto ni de simple espectador. Por el contrario, unido, por una parte, en estrecha amistad con el célebre cardenal Pierre d'Ailly, antiguo canciller de la Sorbona, obispo de Cambrai y una de las mentes rectoras del Concilio, y, por otra parte, nombrado por el rey de Aragón su «oratorn o agente oficioso en Constanza, fray Diego Moxe– na se nos presenta como una «eminencia gris», según iremos viendo. Y comencemos por destacar un hecho que me parece importante para la his– toria de la Teología española: el influjo de los concilios visigóticos en la marcha del Concilio de Constanza. Ya en la primera sesión, celebrada el 16 de noviembre de 1414, bajo la presidencia de Juan XXIII, los conciliares establecen que, en cuanto al modo como proceder, «recurrendum esse ad observantias antiquorum patrum, quae maxime colliguntur ex canone Toletani Concilii, cuius tenorem duximus hic 4 Lope DE BARRIENTOS, Tratado de caso y fortuna, en L. G. ALONSO GETINO, Vida y obras de Fr. Lope de Barrientos, I, Salamanca, 1927, pp. 205-245. 5 Compendio de la fortuna. En Biblioteca de Autores Españoles, 171, Madrid, 1964, pp. 3-<:-iS; A. SANCHEZ FRAILE, Un tratado del siglo XV sobre la predestinación en castellano, de Fr. Martín Aknso de Córdoba, Madrid, 1956. 6 José GOÑI GAZTAMBIDE, «Los españoles en el Concilio de Constan2a. Notas biográficas>, His– pania Sacra, 15 (Madrid, 1962), pp. 212-318.

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