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172 HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Pero una cosa es cierta. Estos centros de Teología, o Facultad si se quiere, tanto en la Universidad de Salamanca, como en otras, no podían conferir la «licentia ubique docendi», título reservado al Papa o a quien el Papa autorizase para con– cederlo, como fue el caso de la Facultad de Teología de la Sorbona, a quien Gre– gorio IX desde principio del siglo XIII otorgó este derecho, que el «alma parens» parisina continuó manteniendo en exclusiva. Así, los teólogos hispanos, candida– tos al título académico, tenían que solicitarlo directamente al Papa o «transpira– near», es decir, ir a recibirlo en París. Pero a esta ya secular situación puso término también Pedro de Luna, hecho papa Benedicto XIII. En revancha a la oposición que venía recibiendo de la Sor– bona contra su legitimidad, concedió también a Salamanca la autorización para conferir grados académicos y mandó, además, que ningún español fuese a París a estudiar Teología. Más tarde, en 1416 con la bula Sincerae devotionis estructuraba la Facultad de Teología a base de cuatro cátedras: la de «Prima» y la de «Vísperas», radicadas en las aulas universitarias; y otras dos más con sede en los conventos de San Francisco y de Santo Domingo (San Esteban). Los estudiantes podían asistir a los cursos en cualquiera de estas cuatro cátedras indistintamente. El 22 de febre– ro de 1422 con la bula Sedis Apostolicae el nuevo Papa confirmaba los privilegios otorgados anteriormente por el antipapa Luna y aprobaba las nuevas constitucio– nes de la Facultad de Teología, que, con las oportunas reformas, continuarían en vigor hasta la época moderna. Es clásica la imagen que el holandés J. Huizinga plasmó del siglo XV: otoño o atardecer de la Edad Media. Pero para Salamanca, y aunque sólo sea por lo que acabamos de indicar, el siglo XV bien puede ser considerado como la primavera o el amanecer de nuevos tiempos. ALGUNOS TEÓLOGOS SALMANTINOS DEL SIGLO XV Más pesimista que Huizinga y que muchos más, Marcelino Menéndez Pelayo, refiriéndose, no sólo a Salamanca, sino a toda la Castilla del siglo XV, lamentaba la penuria de grandes teólogos, salvo dos o tres excepciones bien conocidas 1 • A continuación, y limitándome al ámbito salmantino, trataré de añadir algunos nombres más, esperando que, por su número y por su significado, puedan con– vertir las excepciones en regla. - Fray Diego Moxena de Valencia (post 1418) 2 • - juan de Casanova (t 1436) . Dominico de Barcelona, pero doctorado por Salamanca. Fray Gonzalo de Balbuena OFM (ca. 1437). Catedrático de Filosofía natural en Salamanca y más tarde en la Curia romana. Obispo de Granada. ' Marcelino MENÉNDEZ PELAYO, Antología de poetas líricos castellanos, 2, Madrid, 1944, pp. 8-12. ' Vid. Anexo documental.

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