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HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA luego a la reforma de los observantes y se dedicó a la predicación. Fue confesor de Enrique IV de Castilla y, al final de su vida, obispo titular de Termópilas y auxi– liar de Oviedo. Murió a finales de siglo. La obra de Espina continúa siendo muy discutida. Para Menéndez Pelayo, el Fortalitium es un «tesoro de noticias históricas» 21 • En cambio, José Amador de los Ríos, haciéndose eco de una nutrida historiografía anterior, comienza afirmando - pero nunca probando- que Espina era converso, para achacarle luego que reúne en su obra «la mayor parte de las fábulas y notorias calumnias desde los siglos pre– cedentes fraguadas contra los judíos» 22 • Están ciertamente por investigar las fuentes que usó fray Alonso para los hechos antiguos, que él no pudo conocer personal– mente. Otros hechos, en cambio, nos dice Espina haberlos descubierto él mismo en sus frecuentes predicaciones por diversas ciudades castellanas. Es el caso de las desviaciones atribuidas a los conversos de Medina del Campa2 3• Muchos otros epi– sodios de su tiempo dice haber sucedido en Segovia, en donde moró como confesor del Rey. Cabe, pues, repetir la reflexión de un especialista moderno: Tales hechos no pueden ser negados a priori [...]. Porque se nos dan con ver– dadero lujo de datos documentales [...], con nombres concretos, fechas, lugares y todo género de circunstancias. Si Espina nos engañara, muchos en su tiempo le hubieran contradicho y desprestigiado sencillamente. Y no los hubo, aunque su obra adquirió desde el principio una gran difusión [...]. Por eso, permítasenos dudar de las buenas intenciones históricas de esta propaganda de hoy, más astuta, organizada y tendenciosa que la del siglo xv 24 • PEDRO DE ÜSMA: ENTRE TEOLOGÍA Y HETERODOXIA Pedro Martínez de Osma (ca. 1430-1480), conocido como Pedro de Osma o, simplemente, El Osmense, parece haber nacido en la diócesis soriana que le dio el apellido. Fue alumno del salmantino colegio de San Bartolomé desde 1444; cate– drático de Filosofía moral en la Universidad del Tormes, y en 1463, en liza con el franciscano Pedro de Caloca, obtuvo la cátedra de Prima de Teología, que regen– tó hasta 1578. Murió en Alba de Tormes. Este eximio maestro salmantino hay que considerarlo como filósofo, como teólogo, como heterodoxo y, en fin, como humanista. Como filósofo siguió en sus primeros años el nominalismo, sistema entonces de moda, pero pronto abandonó su conceptualismo, que combatirá violentamente, y abrazó el realismo aristotélico. " Marcelino MENÉNDEZ PELAYO, Historia de los heterodoxos españoles, !, Madrid, 1956, p. 718. ,, José Amador DE LOS Ríos, Historia social, política y religiosa de los judíos de España y Portugal, Madrid, 1960, p. 628. ' 3 M. ESPOSITO, «Une secte d'hérétiques a Medina del Campo en 1459», Revue d'histoire éccle– siastique, 32 (Louvain, 1936), pp. 350-360; id., «Notes sur le Forta!itium fidei d'Alphonse de Spina», ibid., 43 (1948), pp. 514-536. '" Nicolás LóPEZ MARTÍNEZ, Los judaizantes castellanos y la Inquisición en tiempo de Isabel la Católica, Burgos, 1954, p. 85.

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