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Monasterio premostratense de Urdax 31 sun y Ochondo, cedidos por el valle de Baztán, a cambio de las 93 y más peonadas de manzanal y lieco entregadas a éste por el monasterio, por escritura de 14 de noviembre de 1766, en Elizondo, para la cele– bración de sus dos mercados anuales; 54. 150 plantas en los siete viveros de Otsondo, Faragabal, Bordaxuri ... Item más, el valle de Baztán le había designado para el desmoche, con destino a su ferrería y martinete ''para tirar fierro y reducirlo a barras", por el auto acordado de 1740, 206.304 árboles bravos, "por afirmar más y más la buena corresponden– cia que se desea establecer para siempre entre el dicho Monasterio, Valle y Universidad de Baztán". Había a mayor abundamiento diversos censos a favor del monasterio sobre fincas de Echalar, Urdax y Zugar– ramurdi y en los llamados "efectos de la villa de Madrid y fundación Narvarte" 86 ). Contra él obraban en cambio los empréstitos que tuvo que pedir para la reconstrucción de la casa y puesta en marcha de su "fábrica de hierro", y que montaban, el 9 de noviembre de 1809, 105.837 reales y 10 maravedises. Aunque en la lista, que firmaba el abad P. Joaquín Arbeloa el 1 de junio de 1809, figuran 30 religiosos adscritos a la comunidad de Urdax, por la que en 27 de septiembre del mismo año presentó su prior, D. Pedro de Sotillarena, apenas si cinco o seis moraban habitual– mente en aquel monasterio. Del resto, unos servían los curatos habi– tuales de Baztán y de Eugui, otros habían tenido que refugiarse, por enfermedad o por hambre, en su tierra natal, y sólo tres o cuatro habían pasado a Salamanca, Madrid o Bujedo por estudios o por simple incardinación. Si se tropezaba por una parte con la difícil empresa de reorganizar la hacienda monacal, por otra la pésima administra– ción de la "fábrica de hierro" encomendada al Hermano Ignacio Larráinzar, iba comprometiendo la total economía en miles de pesos y de ducados tomados a préstamo por los abades Luis de Arbeloa y Gilberto Tornaría 87 ). No obstante, del mismo desengañado cronista se deduce que hacia 1818 todo funcionaba con normalidad. Por las veleidades revolucionarias de Riego y Quiroga, tuvieron que abandonar de nuevo el claustro cuando el ministro D. Agustín de Argüelles comunicó al gobernador o jefe polítitico interino de Na- 86) Estos y otros detalles un tanto pintorescos se hallan registrados en AGN., "Negs Ecls.", leg. 8, carp. 2, que contiene diversos inventarios, listas, decretos y autorizac:ones para la incautación de bienes en nombre de José Bonaparte. 87) AGN, !eg: Urdax.

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