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66 E. Zudaire Huarte irrupción depredadora del adversario fronterizo y por el trasiego y alojamiento de la milicia nacional. Las pérdidas, de abril a diciembre de 1793, por hurto y extravío de ganado, menoscabo del maíz y la yerba, saqueos y quema de casas y de bordas se calcularon en más de 230.000 reales fuertes, por lo que respecta al valle de Baztán. Errazu, Elizondo y Arizcun fueron los lugares más castigados 5 ). Con la paz de Basilea (22 de julio de 1795) se reemprendió la normalidad de vida; no en todos los hogares y menos que en ninguno en el monasterio premonstratense. ¿Por que la saña revolucionaria contra la villa de Urdax y su Monasterio? A tenor del memorial que, luego del asalto y del incendio, dirigieron a Carlos IV el abad y canónigos regulares de San Salvador, por tres causas principales se había desatado contra ellos el furor de los hijos de la Convención: l ª), por haber administrado, como siempre, a los franceses de los pueblos inmediatos los sacramentos de confesión y comunión para el cumplimiento pascual; 2 ª) por haber franqueado a las tropas espano– las cuantos auxilios fueron posibles, así de alojamientos, ~e sustento y de hospital, como de apertura de trincheras y alzado de parapetos; 3 ª) por haber alentado, con su palabra y con su ejemplo, a los vecinos de Urdax, en favor del altar y del trono, tan eficazmente, que se negaron a admitir las ofertas de libertad y de protección del francés, al que resistieron con sus armas en tres diferentes ataques; al cuarto hubieron de retroceder por fuerza mayor, «con el heroico partido de abandonar sus casas y sus bienes», como puede comprobarse por el triple testimonio de los comandantes del ejército en aquella frontera. Sin templo (permaneció 13 años destechado) ni casa, los religiosos de Urdax, «que eran del idioma vascongado», acuden a la generosidad y amparo del monarca, «como a su legítimo Señor, Padre y Patrono», para que se digne concederles la casa y la iglesia de San Ignacio de Loyola, «de la extinguida Compañía, en Guipúzoca, Obispado de Pamplona, que en aquella inmediación y país igualmente vascongado, se hallaba desocupada por no haberle dado hasta ahora el Rdo. Obispo destino alguno; y la pensión anual para la conservación de la casa e iglesia y perseverar en la regular observancia» 6 ). 5 ) Informe del alcalde trienal D. Juan Bta. Echeverría y Latadi; Elizondo, 17 de marzo de 1797. 6 ) Extracto del memorial de los premonstratenses de Urdax a Carlos IV, inserto en su

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