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88 E. Zudaire Huarte tiempo de la emigración, se habían prestado a su padre abad, D. Bartolomé Jusué de Barrenechea 32 ). Actividad Pastoral D. Miguel Pizarro, com1sano sustituto de temporalidades, en su respuesta al comandante general de Guipúzcoa, D. Antonio Olaguer Feliú, respecto del destino que se dio a las cantidades libradas para la conservación de los edificios de Loyola, cierra el estado de cuentas con este testimonio: «Ultimamente hago presente a V.S. que esta respetable Comunidad sin ser absolutamente gravosos a nadie y que como buenos operarios del Padre de familias trabajan incansables en la viña del Señor con el mejor exemplo y doctrina, deduciéndose de esta religiosa conducta y por consequencia precisa que los que con tanta eficacia y caridad han cuidado y cuidan del bien espiritual de sus próximos, habrán hecho lo mismo con todo lo material que está a su cargo» 33 ). Ni en Loyola ni en Urdax se hallan más vestigios. Tal vez quedó huella en los libros parroquiales llamados de fábrica. El San Ignacio de plata No deja de ser extraño que por tanto tiempo se respetara el «tesoro de Loyola», cuando tantos otros, como el riquísimo de Santa María la Chiquita, en Arequipa, fueron tan rápidamente desamortizados, como bienes de temporalidades o como fortuna de desaprensivos. Debió de ser por el año de 1793 cuando un denodado caballero de Elgóibar, D. Pedro Martín de Larrumbide, especialmente comisionado por la Diputación Foral de Guipúzcoa o por su Junta General, y bien secundado por personal civil y militar, conseguía acomodar lo más valioso del tesoro en 12 arcones, en uno de los cuales depositó la estatua de plata de San Ignacio, despiezada. En el inventario que firmará el abad Enseña se describe como «un San Ignacio grande de plata, con vestidu– ras sacerdotales, las que se componen de diferentes piezas, con un libro en la mano, báculo, bandera y un angelón; siete piezas que figuran nubes, todo de plata y un tarjetón de lo mismo y bronce». (Hoy falta el angelón, que era de plata maciza). 32 ) «Estado de la Comunidad de Urdax en Loyola». San Ignacio de Louola, 20 de enero de 1805. Certifica y da fe su secretario D. Francisco Antonio Morón: A.P. Urdax. 33 ) Azpeitia, 15 de mayo de 1806 (copia): AHL.

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