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[23] LOS REYES CATÓLICOS RUBRICAN J.A CONCORDIA DE AZCOITIA 381 res de las sillas mal ganadas, decidieron "salir de la sujeción ~ de las tinieblas e oscuridad" en que solían estar y estaban y "tor– nar a venir e permanescer en servicio de Dios e vuestro e en la libertad que deviamos estar". Y pensaron haberlo conseguido. Revivió la paz, la unión y la concordia; se nombraron alcalde y oficiales del concejo de acuerdo con las viejas ordenanzas, pri7ile– gios, usos y costumbre de la villa y se consiguió vivir en tanta justicia y tranquilidad "que no reconozcamos señorío so Dios (debajo de Dios) a otro alguno, salvo a vuestras altezas, como la razón lo requiere". Se extinguieron los "malos rencores", desaparecieron viejas enemistades vecinales, se apaciguaron e igualaron muchos vecinos que mal se querían y peor se trata– ban. Pero, tras esos años envidiables, algunos de dichos vecinos, "no contentos del bien vivir" y por "favorescer e complacer e servir a los tales parientes mayores e sus mujeres y por ser de su bando y cabildo y parentelas", andaban buscando por malos modos "retornar a este dicho Concejo e omnes buenos" a aquella situación de anarquía y discordia; porque la causa principal del malestar naciente y de que resuenen de nuevo apellidos de aso– nadas y banderías es porque los dichos parientes mayores y sus secuaces quieren recobrar los oficios del concejo, "segund en algunos tiempos pasados solían fazer ... poniendo Alcaldes y Ofi– ciales de Concejo de su mano e mando, por usar de dos varas e dos oficios, assy de la fuerza como de color de justicia". Aun hoy día varios vecinos de Azcoitia continúan despojados de sus haciendas "por virtud de sentencias e mandamientos, que 30 color de justicia fazian dar e pronunciar a los tales Alcaldes, sin ser llamados ni oidos". Muchos, por temor a los pleitos que podían suscitarles los parientes mayores y que de anterr:ano daban por perdidos; otros, por diversas suertes de coacción, se enrolaban en su partido y se convertían en salteadores de cami– nantes, aunque éstos fueran clérigos con los diezmos de las iglesias. Y un día 25 de octubre de 1484, "ante Juan Sanches de <;u– uieta, allcalde hordinario de la dicha villa e su tierra, el dicho allcalde estando en un tablero que se atiene a sus casas, fa– siendo abdiencía de juyzcio, segunt que lo ha de vso e costum– bre", el concejo, justicia y hombres buenos de Miranda Irautgui