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298 EULOGIO ZUDAIRE HUARTE cante, hasta casi aniquilarla ; en tal guisa que incluso para las balandras corsarias de S. M. se tenían que contratar prác– ticos ingleses, holandeses o franceses. 10. La navegación por el río Atrato estaba prohibida a los espa– ñoles, pena de la vida. Fue providencia que aprobó S. M. con el fin de eliminar el contrabando. Solamente ha servido para que lo realicen más a su salvo los extranjeros y para empo– brecer a la provincia del Chocó, que tiene que pagar mucho más caros los víveres, fierro, aceros y negros importados para las explotaciones mineras. No bastan a suplir los navíos de Guayaquil y de Panamá, que no pueden hacer arribada sin licencia especial (31). Insiste Guirior y volverá a insistir, previa junta de real hacienda, en la necesidad de abrir a la navegación el río Atrato, para atender la explotación minera, abundante en oro, y para reducir a los indios cunacunas que merodean por sus orillas. Y recomienda en su Instrucción a Flórez que no ceje en un empeño elogiado por la junta de tribunales de Santa Fe. 11. La contrata de negros fue, desde su origen, la destrucción de este reino, por el subido precio de compra, por la introduc– ción de harinas extranjeras y por el comercio ilícito a cien– cia y conciencia de quienes estaban obligados a perseguirlo. Inglaterra cuenta como primera partida de su tráfico mer– cantil el clandestino con nuestros dominios americanos (32). (31) Con ,el pretexto de impedir la introducción de ropas y de otros efectos prohibidos en la provincia del Chocó, apenas si dos o tres barcos arribaban anual– mente desde Guayaquil, previa licencia del gobernador de aquel puerto; "porque escaseando los víveres y efectos, se vendiesen a los mineros (o arrendatarios de las minas) por el dueño del barco, como único vendedor, a más subido precio". Infor– mado Guirior, autorizó a cuantos de una y otra provincias pudiesen equipar navíos, para traficar libr,emente, sin otra limitación que la de los efectos prohibidos por las leyes, ni otro requisito que las guías correspondientes. No se alcanzan al virrey las razones de prohibirse "con tan severas penas gubernativas, hasta del último su– plicio", el abastecimiento del Chocó por los dos ríos Atrato y San Juan; pues con ello se reduce "a los mineros a vi,1r siempre en miseria y haciendo más dificultosa y pesada la extracción de los oros de que abunda". Instrucctón formada para su sucesor en el virreinato. (32) Piracy was a business, pudo titular su ensayo Karraker Cyrus; piracy que no fue solamente el asalto a los galeones, sino todo el comercio ilícito que tan des– caradamente venía protegiendo el gobierno británico hasta provocar guerras como

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