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6 E. ZUDAIRE jas de lobo hasta en los más inocentes corderos. Ni la Guía de pecad01res de Fray Luis de Granada, engatusado por las visiones de Sor María de la Visitación, ni los Ejercicios de San Ignacio, ni la propia Vida de Santa Teresa de Jesús, se hurtaron a sus pesquisas; hasta el Audi, filia, del discretísimo Beato Juan de Avila, que sentía escrúpulos pastorales aun del Tercer Abeceda,rio de Osuna 1 2, fue delatado como "pilar grande" de la secta de los "alumbrados" 13 , Sobre el enojoso proceso de Carranza, por sus presuntos ribetes luteranos e iluministas, y sobre su duelo con Melchor Cano, abun– dan los estudios, desde los que le dedicaron Fermín Caballero y Menéndez y Pelayo, hasta los que actualmente viene publicando I. Tellechea Idígoras, que parecen definitivos 14 • La sensibilidad de los guardianes celosos de la fe se iba agu– dizando por días. Los "alumbrados", María de Cazalla y Luis de Beteta, parecían contaminados de la nueva herejía protestante. Monjas y beatas (Isabel de la Cruz, Magdalena de Córdoba, Visi– tación de Lisboa) acreditaban con sus visiones, éxtasis y mila– gros, aquella secta de trastornados y de maliciosos. Humea_-i-1.tes aún las hogueras de Valladolid y Sevilla, tornaba a encenderse nuevo foco de "alumbrados" en Llerena (Badajoz). ¿Qué mucho que celantes como Melchor Cano, Alonso de la Fuente, Domingo Farfán, mostrasen a veces una suspicacia hiperestésica? Melchor Cano parece cebarse en el Oatecisrno de Carranza y en el Libro 1.2 "La tercera parte (del Abecedario) no la dejen leer comúnmente, que les hará mal, que va por vía de quitar todo pensamiento y esto no conviene a todos". Epistolario, BAC., t. 89. Madrid, 1952, pág. 265. El Beato Juan de AVila pasó tres o cuatro días en la cárcel inquisitorial de Sevilla, para su mayor exaltación popular y divina. 1a Beltrán de Heredia: Los alumbrados de la diócesis de Jaén, en "Rev. Esp. 'Teología", IX (1949), ,págs. 171-172. 14 Si gran renombre alcanzó el proceso de carranza, no menor va con– quistando su historiador, Tellechea Idígoras, que ha enriquecido valiosamente, con sus treinta estudios monográficos, diversas revistas, como "Hispania Sacra", el "B. R. A. H.", "Anthologica Annua", etc., y que está publicando en la Academia de la Historia todo el voluminoso proceso entreverado con sus comentarios inapreciables. El último publicado corresponde al t. XI del pro– ceso y al vol. XXII del "Archivo Documental Espafí.ol", Madrid, 1966. 448 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS

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