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2 E. ZUDAIRE y otro, el hacendoso enjambre de santos y la "manada de beatas", que diría el inquisidor de Baeza. ¿Y el Maestro Juan de Villalpando? A 14 de enero de 1622 era arrestado y aherrojado en las cár– celes de la Inquisición de Sevilla 2 • Por aquel entonces estaba adscrito a una de las parroquias de la capital bética, aunque no con tanto rigor que le estorbara celebrar su misa a capricho de la Madre Catalina, su ninfa egeria, ni lanzarse como misionero por pueblos y ciudades -debió de ser un excelente predicador 3 -, ni gobernar, como principal cabeza, a los epígonos del iluminismo hispano. Aunque afincado en Sevilla, no era Villalpando ni sevi– llano, ni andaluz, ni siquiera peninsular. Procedía de Garachico, en la isla de Tenerife 4, y "en su mocedad fue frayle carmelita descalzo". Por donde sospecho que los superiores de la Orden carmelitana lo trasladaron desde su convento de Santa Cruz al de Sevilla, quizá como medida disciplinar. Tampoco en este claus– tro pudo hallar acomodo y decidió mudarlo por la clerecía secular. ¿Cuál fue su drama? No hay más indicios que los del proceso inquisitorial, que nada le favorecen, y aquel "Señor vicario, no consienta subir lobos a este púlpito" ' 5 , con que expresaba su resentimiento contra las Ordenes religiosas. 2 Archivo Histórico Nacional (AHN.), Inquisición, leg. 2962: Relación de los presos en las cárceles inquisitoriales de Sevilla, 20 de rnarzo de 1624, núm. 78. 3 AHN., Inquis., leg. 3716-13. Sevilla: Relación de las Testificaciones y Declaraciones... contra Juan de Villa~Pando. Año 1623. & 8, n. 0 3 y 6. 4 AHN., Inquis., leg. 2964: Relaciión del auto que fue hecho en San Pablo de Sevilla, segundo dorningo de Quaresrna, 6 fols. mss. 5 Intentaba prevenir a los párrocos contra los predicadores de las Or– denes religiosas.-AHN., Inquis., leg. 2962: Mernoria de la secta de alum– brados y sus doctrinas y delictos y, de la complicidad que en ella se ha descubierto.-Se remitió dicho informe al Inquisidor General en 1625, según carta adjunta. Lo publicó el P. Llorca en "E;studios Eclesiásticos", XI (1932), págs. 268-284 y 401-413, con varias púdicas omisiones y algunos errores de lectura, v. gr.: "hereges Cathafuges", en lugar de "Cathafrigios"; "paseaba" y "bascando", en vez de "baehaua" y "babeando", prueba evidente de que no entendió ni el verbo ni el pasaje. 444 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS

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