BCCCAP00000000000000000001080

34 E. ZUDAIRE Catalina y del Hermano Juan, nunca aventuró declarar como pro– pias tales experiencias personales. El tuvo que abjurar de 22 proposiciones, entre las 279 que se le probaron, por considerarse principales, y que son comunes a toda la secta. Pueden reducirse a los principios siguientes: 1) El ya comentado de la oración mental, que en muchas almas debió de producir aquellos buenos efectos de virtud que escribiría el inquisidor Villavicencio, y que en otros degeneró en rebeldía descarriada y en estéril pasividad. 2) Su confusión del espíritu con la carne, del amor de Dios con el de Afrodita, previo anatema y maldición del matrimonio. 3) Su conducta penitencial y eucarística, al quebrantar el sigilo y al confundir la cantidad de accidentes sacramentales con la cantidad de gracia que se recibe. 4) Las beatas, como institución única, social y religiosa para la mujer. Como los begardos y beguinos y como los antiguos estacianos que condenó el sínodo gangrense 7 3, y como los "alumbrados" de Toledo, de Jaén y de Llerena, renegaron del matrimonio los de Sevilla. Villalpando llegó a predicar, desde el púlpito de las igle– sias, unas veces que dudaba de que los casados, por el hecho de serlo y por sus afanes para asegurar el porvenir de sus hijos, lle– garan a salvarse, y otras, que ningún casado podía entrar en el reino de los cielos. Que el matrimonio era zahurda o cenagal de puercos y que eran puercos los casados. En consecuencia retraía a las doncellas de aquella su normal vocación y prohibía a las casadas que vivieran como tales con sus maridos. En cambio, se permitían aquellos hierofantes tales atrevimientos, que la veda n Concilio de Gangres o gangrense, de mediados del siglo IV (entre 340 y 380): condenó a los estacianos que denigraban el matrimonio, en los cá– nones 1, 9, 10, 14; en el 16 se anatematiza a los hijos que desobedecen a sus padres por motivos de piedad, y en el 17, que las mujeres se corten el cabello ipor ascetismo. Héfe1é: Histoire des Conciles, 1-2.•, París, 1907, pá– ginas 1029-1045. Los calificadores citan dicho sínodo o concilio particular dos veces en el Memorial de 1625. El P. LJorca lee erróneamente "concilio vienense" en su trascrivción de "Est. Ecl.", XI (1932), pág. 274. Gangres fue una pobla– ción de Paflagonia, en Asia Menor. 476 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz