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32 E. ZUDAIRE begardos insistieron en ello 7 1, renunciar a toda representación imaginativa, aunque fuese de la Pasión y Humanidad de Jesucris– to, y sumergirse en la divinidad y aguardar lo que Dios fuere ser– vido de comunicar al recogido orante; pero es novedad aquella respuesta de Villalpando a una doncella su dirigida: "No se anden en arre, arre; o no se les vaya todo en arre, arre", con que inten– taba significarle la renuncia a todo razonamiento; y es novedad aquella localización de la presencia divina en una parte del orga– nismo humano, sea la que fuere (cabeza, pies, sexo), en que se hiciera más sensible un cierto calor o fuego derivado de esa ora– ción mental, según doctrina de su dogmatizante Fray Diego de Montiel. En el auto público de 1627 tuvo que retractarse Villal– pando de los atropellos contra la autoridad paterna y eclesiástica en materia de oración y de haber ponderado tanto la mental que por ella se dispensaba de toda penitencia y ayuno, aconsejando a sus fieles comer mucho y regalada.mente, gallinas y perdices, por~ que ese género de oración producía gran desgaste de fuerzas. Y lo cumplían escrupulosamente. Grosero error de begardos, vuel•· 71 Este movimiento espiritualista, tantas veces citado por los inquisi– dores como predecesor de los "alumbrados", surge, en la fluencia del siglo XII al XIII, como el iluminismo del siglo XVI, de un maravilloso empuje refor– mista de las Ordenes religiosas. El contraste hiriente de la jerarquía feudal con el ideal evangélico de los grandes reformadores empuja a grupos ais– lados del pueblo cristiano a renegar de la autoridad y del magisterio de la Iglesia, para dejarse guiar de su propio impulso, como si fuera el Espíritu Santo, y forjar por su cuenta nuevos modos de perfección cristiana, que terminan en necias aberraciones. Begardos y beguinos fueron condenados en el Concilio E:cuménico de Vienne del año 1311. Proposiciones que heredan los alumbrados: 1) E,l hombre puede hacerse impecable en esta vida y alcan– zar el grado swpremo de gracia; 2) Huelgan oraciones vocales y peniten– cias, ,porque todos los sentidos quedan sujetos a la razón y al espíritu; 3) Los perfectos no están sujetos a autoridad alguna, civil ni religiosa, porque el Espíritu del :Señor les ha hecho libres; 4) El alma no tiene necesidad del "lumen gloriae" para contemplar la esencia divina; 5) El matrimonio es una institución diabólica, pero besar a una mujer y holgar con ella solamente sevá pecado cuando se haga sin pasión; 6) Dar muestras de veneración al elevar la Hostia o pensar en la pasión y humanidad del Salvador es imper– fección, porque. exige descender de la altura de la contemplación. Y por irreverencia debieron juzgar los calificadores del Santo Oficio que los alum– brados cerraran los ojos en el momento de la elevación. 474 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS

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