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EL MAESTRO JUAN DE VILLALPANDO, SOSPECHOSO DE HEREJÍA 25 y de lo contenido en el acta final nos valdremos singularmente para fijar su conducta como cabeza principal de aquellos "alum– brados" 55 • Aunque en un respingo de buen humor afirmara Marañón que en casi todos los autos de la Inquisición se quemaron en la ho– guera herejes o cínicos de dicha secta 5 6, yo no he sentido olor a chamusquina ni en este auto público, ni en el de 1624, ni en los de Jaén y Llerena. 2) Andanzas de Villalpando JI la Madre Catalina. Los celosos defensores de la fe debieron de marcar con piedra blanca la fecha 14 de noviembre de 1622: por fin había llegado 55 AHN., Inquis., Ieg. 2'9'6,4: Relación del auto qiie fue hecho en San Pablo de Sevilla, segundo domingo de Quaresma, 6 folios. Acompaña carta al Inquisidor General de los inquisidores actuantes: Ldo. Juan Ortiz de So– tomayor, Ldü. Juan Dionisio Fernández de Pürtocarrero, Dr. D. F'ernando de Andrade y ,Sotomayor. Sevilla, 2 de marzro de 1627. "No se ha visto cosa mayor en esta ciudad desde el auc:to en que fue condenado Constantino". Actuó de fiscal el Dr. D. Antonio de Figueroa, aunque "ni ha tocado jamás papeles de alumbrados ni los ha vi.sto ni tiene inteligencia dellos", sino el Ldo. Martín de Quirós, que le sustituyó en el cargo durante el proceso, según informe del AHN., Inquis., leg. 29,63. Faltan en la presente Relación los car– gos contra Gerónima Jacinta, Madre Catalina, M.º Villalpando y DorLingo Vicente. ,se insertan en otra Relación, aunque sum.aria, algo más extendida que la primera, la cual mandaron imprimir los inquisidores de Sevilla. El producto de la venta de los ejemplares impresos se destinaba "para ayuda de costa a los frayles dominicos, que an trauajado en estas materias tantos años". Pero el Consejo Supremo secuestró dichos ejemplares, con .gran ex– trañeza de los inquisidores sevillanos, que creyeron haber procedido según costumbre. AHN., Inquis., leg. 29,64. Cartas de Ortiz, Portocarrero y An– drade al Consejo de la Inquisición. 1 Sevilla, 26 de marzo y 20 de abrU de 1'627. Dos ejemplares en R. A. de la Historia. Uno en Jesuítas, tomo 89, docu– mento 172. El que utilizó Menéndez y Pelaryo de la Biblioteca Colombina de Sevilla, Varios, 118, es una co~a, algo defectuosa, aunque notarial, del escri– bano Ayora, hecha en 1776,. Halló Ayora el original impreso en unos pro– tocolos matrimoniales de principios de siglo. Al novio se le había buscado pleito impediente por juzgarle hijo o nieto de uno de los reos de aquel auto público.-Debo agradecer al Dr. Rumeu de Armas el microfilm y otras va– liosas indicaciones. ,5,6 Gregario Marañón: El Conde-Duque de OliV'ares. Madrid, Espasa– Calpe, 19'37, pág. 198. Núm. 14 (1968) 467

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