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24 E. ZUDAIRE la mano públicamente por el tiempo que pareziere al Sancto Offi– cio y en cuatro años de galeras y en cárcel perpetua". Catalina de Jesús, beata del Carmen, natural de Linares, obis– pado de Jaén y vecina de Sevilla, fue condenada, tras el testimonio comprobado de 149 testigos y reprobación de 354 proposiciones, por observante de la secta de "alumbrados" y por embustes y fin– gimiento de santidad, "a que salga en auto público con insignias de penitente y abjure de levi y a que esté reclusa seys años en el convento o hospital que le fuere señalado, adonde sirva para me– recer la comida y que reze vocalmente todos los días de su vida un tercio del Rosario de N.ª Sr.ª y ayune los viernes de los dichos seys años y confiese con el confesor que el Seto. Officio le señalare y que comulgue las pasquas del año y fiestas de N.ª Sr.ª y los Apóstoles solamente, por los dichos seys años y que se recoxan por edictos públicos qualesquiera cosas de su persona que se hayan dado por reliquias y qualesquiera retrato suyo y todos sus escri– tos de molde o de mano y que no salga desta ciudad por el tiempo de los dhos. seys años". El Maestro Juan de Villalpando, clérigo presbítero, natural de la villa de Garachico, de la isla de Tenerife (Canarias), vecino de la ciudad de Sevilla, fue acusado de haber guardado, ensefiado y predicado la secta de los "alumbrados" y con ella muchas pro– posiciones heréticas, erróneas, temerarias, escandalosas, malso– nantes y supersticiosas, de las cuales se le probaron 279, por tes– timonio de 262 testigos, "los más substanciales de los ochocientos que se recibieron contra él". Se le condena a salir en auto público de fe, en forma de penitente, y a retractarse de las proposiciones que se le indicaren, las más graves que le fuere mandado; a re– clusión en un monasterio por espacio de cuatro años, en el primero de los cuales no pueda celebrar misa sino tan solamente comulgar las Pascuas y fiestas solemnes; y se le priva a perpetuidad de la facultad de predicar, confesar y administrar sacramentos. Confe– sará con el que le señalare el Santo Oficio; rezará toda su vida vocalmente una parte del Rosario y entregará, para los gastos de dicho tribunal, doscientos ducados. Leída la sentencia, subió al púlpito Villalpando y, en voz clara, retractó veintidós proposiciones que le fueron señaladas. De ellas 466 ANUARIO DE ESTUDIOS ATLANTICOS

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