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EL MAESTRO JUAN DE VILLALPANDO, SOSPECHOSO DE HEREJÍA 17 a) GRUPO CERÁN. En la iglesia del convento del Nombre de Jesús, de Sevilla, solían reunirse por la noche más de veinte clérigos con solteras, casadas y algunas monjas que asistían tras de las rejas "aunque luego continúan las conversaciones con las preladas, oficialas y compañeras, en el cuarto de las arrepentidas o legas". Dirigía aquellos conventículos el citado Cerán, de quien las monjas de– cían: "Nuestro padre sancto manda esto, nuestro padre sancto ordena esto''. El declarante, Dr. Juan de Torres, residente en la iglesia de San Ildefonso y confesor un tiempo de aquellas monjas, añade: que el Ldo. Cerán las obligaba a no confesarse con otros que con los que él señalara, aunque las religiosas se querellaron más de una vez de ,que "los dichos confessores revelaban las confessiones de las monjas"; que en la iglesia se hacían funciones litúrgicas con Exposición del Sacramento y pláticas "de gente ignorante y de poco saber", y que por causa de dichas fiestas religiosas, las monjas comían frío y fuera de sazón, porque se prolongaban sobremanera. No las confesaba el propio Cerán, por habérselo prohibido el prelado; pero montaba guardia día y noche para que ningún extraño a la congregación comunicara con el convento, aunque se tratara de los padres o hermanos de las monjas. Uno de los congregantes, D. Enrique de Guzmán, clérigo, llegó a recibir en su casa a su hija espiritual, la monja Benita, que los familiares ·del Santo Oficio se encargaron de restituir y recluir en su convento. Entre gente de caudal, que pudiera tenerles regalados, busca– han sus dirigidas, a las cuales, c1,,sadas y doncellas, procuraban sujetar penitencialmente, mediante juramento y prenda o garantía (dinero u objetos valiosos) de que no se confesarían con otros. En alguna ocasión, llevados los congregantes de no sé qué fer– vor místico, obligaron a las monjas a representar comedias "en hábito de hombres y mugeres seglares y vieron los congregantes la dicha comedia; y después por los confessonarios les rociaban las monjas a ellos con la boca y por la rexa grande de la iglesia con pomos de vidrio y plata con agua de olor". Acciones estas úl- Núm. 14 (1968) 459
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