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EL MAESTRO JUAN DE VILLALPANDO, SOSPECHOSO DE HEREJÍA 15 agustino. Para despachar un proceso se venían invirtiendo quince días, cuando los dominicos no gastaron más de dos, mientras tra– bajaron solos. De esta guisa, ni en seis años se terminaría la causa de los "alumbrados"; y entre tanto, ahí quedaban pendientes las de los judíos, que eran muchísimas. "Si se haze porque las cali– dades lleven más firmas, ya llevan quatro de quatro Maestros ca– lificadores deste convento de San Pablo; y si fuere necesario que vayan otros dos más, que sean seis, también yrán, que calificadores ai muchos de nuestra Orden en Seuilla". Nadie como los domi– nicos para desenmascarar a estos "alumbrados", puesto que en sus manos estaban los papeles del Maestro Fray Alonso de la Fuente, religioso de Santo Domingo, el que descubrió los "alum– brados" de Llerena. Con la experiencia pasada, inmediatamente saben de una proposición si está condenada ya en el edicto de Llerena, en el de Toledo, en el de Sevilla o en el edicto general de la fe, "y luego les damos fuera desto la calidad theológica di– ziendo: erética, errónea o temeraria, etc. Y para que se vea la verdad desto, ¿quién entrará en una montaña de papeles, carta– pacios, quadernos, cartas, complicidades y correspondencias des– tos "alumbrados", quién que con más claridad ubiera puesto las cosas en su orden, como lo emos echo los Religiosos de Santo Do– mingo?" "Y si no fuera por la buena industria y ayuda de v. m. y del señor D. Alonso de Hozes, y de diez frailes desta dicha casa que hasta aora emos entendido en esto y otros dos que aora andan más, que somos doze, ni ubiera auido edito de gracia ni se ubiera descubierto tanta inmensidad de delitos y delinquentes ni tubieran tanto cuerpo las causas como oy tienen; y auiendo tragado todo el polvo de la guerra, que entren aora de otras Religiones a re– partir de los despojos, no se puede dexar de sentir." "T'odo esto emos dicho con zelo de la honra de Dios y exal– tación de la Santa Fee Cathólica y por servir al Santo Tribunal de la Inquisición, como hijos de Santo Domingo, a quien les viene de casta ser defensores de la Fee; y recibiremos mucha merced en que esta carta la vea su ilustrísima el Señor Inquisidor Gene– ral, cuios siervos y capellanes somos y cuios pies besamos. Gde. Nro. Señor a v. m. y prospere con la felicidad que deseamos. Núm. 14 (1968) 457

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