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338 BOUTÍ.N DE HISTORIA Y ANTIGÜEDADES costa de los caudales de las reales casas de moneda; porque cuando algunos hubiera disponibles, tendrían que expedirse a España, según diversas reales cédulas y a tenor de las mis– mas ordenanzas. "Por virtud de esta soberana resolución y con atención a lo privilegiado de los caudales de las Reales Casas de Moneda. y a su puntual observancia, me parece que no hay facultan, para condescender en la p3evención del citado auto de 11 de marzo -dictado por el virrey- en quanto a fran– quear por esta Real Casa caudales para el expresado fin del rescate de los oros". Con el aporte de los particulares y algunos arbitrios ofi– ciales lograron superarse los principales obstáculos; y desde principios del año de 1789 comenzó a rodar la moneda por la tabla de las transacciones. Y con el decreto de 26 de marzo de 1791, firmado por el virrey Excmo. D. José Ezpeleta y Galdea– no, se resolvieron las equivalencias del castellano (oro) por dos pesos de plata y del tomín (oro) por dos reales de plata, dejando allanado el tráfico normal en estancos y pulperías (82). A la misma etapa gubernativa de Ezpeleta pertenecen las reformas que, con s,U autorización, emprendió Sarratea en la real casa de moneda de Santa Fe. Requirió para su proyecto la colaboración técnica del arquitecto calificado, Fr. Domingo Petrés, capuchino valenciano, que había trazado los planos de las catedrales de Chiquinquirá y de Zipaquirá y a quien se debe la actual catedral bogotana. Trasladó la hornaza a recinto más amplio, levantó sus paredes de cal y canto, la techó de yeso y ladrillo y sustituyó en la herrería su estruc– tura de madera y chusque (es,pecie de cañizo) por muros y cubierta incombustible; y mandó construír en dichos locales "campanas o faroles con rejas de hierro, todo de ladrillo y hierro", a que añadió otras mejoras como la de una nueva escalera y un nuevo lugar común (83). (82) Anbog, Virreyes, t. 15, f. 908-988. El informe de Sarratea al virrey, con su firma autógrafa, fechado en 10 de junio de 1789, fol. 956v-958. (83) Anbog, Moneda, t. 7, f. 927-942, desde 22 de abril a 31 de octubre de 1796, en que el fiscal Berrío aprueba las obras, que costaron unos 5.000 pesos.

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