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BOLETÍN DE HISTORIA Y ANTIGÜEDADES 337 grano de oro por marco en ella remanente; porque el virrei– nato precisaba de aquella plata, única disponible para labrar la apremiante moneda de cuartillos, y porque, en su concepto, los gastos nunca llegarían a compensarse con los resultados (81). En visita que giró por la provincia de Antioquia el alcalde de corte y oidor de la real audiencia, D. Antonio Mon y Velarde, comprobó oorprendido que por aquella comarca no circulaba género alguno de moneda sellada o acuñada; comerciantes desaprensivos fijaban a su arbitrio los precios de ropas, víveres, herramientas y esclavos, que pagaban los mineros (dueños de minas) en polvo de oro. La mayor parte del codiciado metal procedía de los mazamorreros (mazamorra vale lodazal) o ba– teadores de arenas. Comenta el fiscal interino, Berrío, en tono muy de su época: "Que apenas podrá creerse hubiera en el Reyno una provincia tan inculta como la de Antioquia, que careciera del uso de la moneda, tan necesaria para la susten– tación del comercio; si la falta de civilidad de sus moradores no les ha dado a conocer hasta ahora el uso del dinero co– rriente y han vivido con la ciega preocupación de solo el cambio y permuta, que ha muchos siglos se desterró de las naciones cultas, usando de monedas para prosperar el comercio y socorrer las necesidades de la vida humana, ya llega el caso de que se ilustre por medio de las acertadas providencias del Sr. Visitador D. Juan Antonio Mon ... ". El arzobispo virrey, después de insistir en las mismas ideas del fiscal sobre las ventajas civilizadoras de la moneda y sobre la urgencia y necesidad de introducirla en la provincia de Antioquia, autoriza al oidor Mon y Velarde para que pueda recurrir a los caudales de las cajas reales (exhaustas por el momento) y a los sobrantes de las casas de moneda de San– ta Fe y de Popayán. Sarratea, a quien pasan el dictamen del fiscal y el decre– to del virrey, traza un negro brochazo sobre los planes opti– mistas .del Exmo. Caballero y Góngora. Bueno fuera sembrar aquella zona de doblones, pesos, reales y cuartillos; mas no a (81) Carta de 15 de febrero de 1787, en A. C. M. Bogotá, Número 3, Contaduría, Libro 9. . . f. 125v-126.
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