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332 BOLETÍN DE mSTORIA Y ANTIGÜEDADES fundirse. Intervenían en la revisión los tres claveros: el su– perintendente, el contador mayor de la casa y su tesorero. A 11 de febrero de 1785 se realiza la inspección de las emisiones de 1773 a 30 de diciembre de 82, "que por razón de la guerra. no se habían podido antes verificar". "En presencia del escribano, se sacaron los pliegos cerrados y sellados, que dentro del arca había, desde aquella fecha hasta la citada; y puestos sobre una mesa, se contaron 83; y colocados por el orden de sus fechas, se abrió el primero, que como todos lo__s demás tenía sobreescrito el día, mes y año y el número de marcos de rendición. Y se ha– llaron en cada uno las monedas cortadas que correspondían a las labores de que había constado cada rendición con sus pallones y residuos y las certificaciones correspondientes del referido número de rendiciones. Y pesadas por el juez de ba– lanza las monedas cortadas y sus residuos, de dichos 83 pliegos, de labores de oro, se halló tener 11 marcos, 6 onzas, 5 ochavas, 3 tomines; y los pallones, tres onzas, 2 ochavas y 2 tomines". Con el resto de los pliegos se hizo el mismo reconocimiento y pesaje de monedas y pallones. Pallones, o residuos eran los botoncitos de ensaye que se cortaban a las monedas testimonio. Concluyó.se la diligencia cosiendo con la misma cuerda los 106 pliegos existentes, para formar con ellos el legajo que se pre– viene por reales ordenanzas (75). El detallismo casi preciosista del superintendente y los ensayadores nunca pareció dejar encalmada el ansia buscona de aquellos diógenes de la contaduría general metropoUana, que en cualquier momento creyeron sorprender algún adarme o maravedí descaminado, entre las mermas, febles y fuertes de la acuñación. Sarratea, con vigor impropio de la fisiastenia en que se debatía, replica al ministro Gardoqui: que le queda– ba la complacencia no sólo de que S. E. advertiría la ligereza y error con que se habían producido tales reparos, sino de que el exacto manejo, inteligencia y mérito de los ministros y de– pendientes de aquella real casa no merecía que se les impu– tasen omisiones y defectos en que no habían incurrido, ni que (75) A. C. M. Bogotá, Número 3. Contaduría, Libro 9, f. 79. Superin• tendente Sarratea, contador Lorenzo Morales, tesorero J. Ignacio Prieto Ricaurte.

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