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BOLETÍN DE HISTORIA Y ANTIGÜEDADES 301 y especial de su rigurosa observancia al Superintendente ... previniéndole que él le tome al Contador, Ensayadores y demás dependientes, que directa o indirectamente deban saber o puedan llegar a comprender la novedad que va a hacer.se de la Ley". Al superintendente de Popayán, por no perder tiem– po con los desplazamientos, se le exigirá la misma formalidad por escrito, "enterando así a éstos como a los de esa Capital, que si faltaren a él y quebrantaren la Religión del Juramento, incurren desde luego y por solo este hecho en privación irre– misible de su empleo; y se procederá después a imponerles las otras penas que merecieren por su delito". Se previene al virrey que, para evitar toda sospecha, no se dé ninguna diligencia en recoger la moneda de sello antiguo, que paulatinamente irán entregando sus dueños ante el te– mor de que expiren los plazos. Prestaron en consecuencia su juramento ante el virrey La Zerda, el superintendente Santi,s,teban; y ante el superin– tendente, y en la forma más secreta y sigilosa, el tesorero Prieto y Ricaurte, el contador interino Benito Castro, los ensayado– res del Valle y Chaves, el juez de balanza Francisco Dionisia Grajales, con su ayudante, y los oficiales de contaduría, Ze– rrezuela y de tesorería, Juan Rodríguez. Y lo revalidaron con el sucesor en el virreinato, Excmo. D. Manuel de Guirior, al cual se le dieron especiales instrucciones sobre la reserva con que había de proceder el contador jefe o el hombre de confianza que él designara, para asentar los gajes que de esta innovación derivaran para el real erario, en un libro especial y secreto (que aún se conserva), denominado de "Ramo Extraordinario';. Mas como todos los asientos de compras, ventas y permu– tas y las resultas de la acuñación habían de pasar por el tribu– nal de cuentas, se cruzaron consultas entre Guirior y Santiste– ban sobre modo de garantizar el arcano. En un principio se comisionó para aquella cuenta reser– vada a D. Vicente Nariño, el cual en horas extraordinarias tomaría sus apuntes de los libros de la casa de moneda; y du– rante la noche, en su domicilio, los iría pasando al del "Ramo Extraordinario"; pero objetó el comisionado que esas idas y venidas por necesidad habían de levantar sospechas en su,s compañeros de tribunal. Se acordó entonces, en junta restrin-

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