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BOLETÍN DE HISTOIUA Y ANTIGÜEDADES 289 a España, una vez entregado el gobierno del virreinato y afian– zada su residencia en la cantidad acostumbrada (8.000 pata– cones). Los días 8 y 10 de enero de 1761, no bien recibida la cita– da real cédula, instituye en sendos documentos notariales, por sus representantes en el juicio de residencia y por sus apode– rados generales, a don Martín de Sarratea y Goyeneche, con– tador del tribunal y real audiencia de cuentas de este reino; a don Manuel Benito de Castro, tesorero de la real casa de mo– neda de Santa Fe y a don Juan de Mora, maestre de campo y regidor del cabildo secular de la capital. Ellos tres, con el arzo– bispo Arauz, el provincial de los franciscanos, fray Ignacio Mo– lano, y el guardián de San Francisco, fray Juan Tomás Del– gado, su confesor, fueron los confidentes únicos de una deter– minación que dejó desconcertado al nuevo virrey, Mes.sía de la Zerda. "Sábado 28 de febrero de 1761 -refiere el cronista Vargas Jurado- salió el Sr. Dn. Joseph Solís en calesa, a las nueve de la mañana, con la mejor gala y del mismo modo sus criiado.s y negros; fue a San Diego, donde oyó m 1 sa solemne; y a la tarde, subió donde el Sr. Arzobispo; por la noche se dis– frazó de capa, y sin ser conocido de las guardias, salió a S. Francisco; y despojándose de la gala, tomó el hábito de lego del Señ.or San Francisco; a cuyo tiempo hubo repiques, por donde se llegó a s-aber en su palacio" (12). El virrey, conde de Armijo, no pudo disimular su desazón. Dicen que ni la noche de la noticia ni cuando le asaltaba, el recuerdo de aquella faena podía conciliar el sueño. Pues ¿no se había concertado 15 días antes con el propio Excmo. D. José Solís y Folch de Cardona, sobre los detalles de su regrero a España en la fragata "Ventura"? ¿Y no se había fatigado él mismo, Excmo. D. Pedro Messía de La Zerda, durante aquellas dos semanas, por contratar las ciento y má.s mulas que debían conducir al puerto de Honda (río Magdalena) a su familia y equipaje y las canoas que les habían de transportar hasta Cartagena? No le quemaba la decisión de su antecesor virrei– nal, sino su .silencio. Sobre el provincial de los franciscanos (12) VARGAS JURADO J. A. Tiempos coloniales, en "La Patria boba". Bogotá, 1902, p. 58. Es título de la publicación, no del autor.

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