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218 EULOGIO ZUDAIRE HUARTE tobelo, desde los esquifes que venían convoyando al «pirata» le– galizado. Innegable su confabulación y contubernio con españoles y ame– ricanos desaprensivos, incluso funcionarios reales, como aquel Gui– llermo Eon, que por patrocinar falsos arqueos del navío de per– miso y por disimular los matutes de la «South See Company», percibía una renta anual de 800 libras, más otros emolumentos eventuales (10). A la feria de 1720 sucedieron las de 1724, 1730 y 1737, con que se despide definitivamente de la costa caribe la tradicional flota de galeones. Opina Escobar que por los desbarajustes de la feria de 1720, entre otras causas, se suprimió el rango virreinal del Nuevo Reino de Granada, que volvió a depender del peruano: competencias fis– cales de los funcionarios limeños, que tradicionalmente dirigían la feria, con los neogranadinos; litigios entre mercaderes de nna y otra jurisdicción; múltiples acciones fraudulentas en aras del confusionismo administrativo. El año de la supresión del virreinato (1724) se despachó desde España una flota de galeones al mando del conde de Grillo; y por su fallecimiento, al del almirante de dicha formación, don Fran– cisco Cornejo, jefe de escuadra. Se le endilgó el remoquete de «la expedición de los cinco años»; porque hasta el de 1729 no pudo abandonar Portobelo, bloqueado por el comodoro Hossiers, hasta que no se dejó en libertad al navío de permiso retenido por sus irregularidades feriales. Don Manuel López Pintado, jefe de escuadra, logró burlar la vigilan– cia del británico, encolerizado por las presas que venían haciendo en sus balandras las fragatas guardacostas del conde de Clavija, y regresar a la Península con cuatro navíos bien guarnecidos de caudales y de frutos tropicales. Sin apenas horas de resuello hubo de convoyar nueva flota de galeones que, según puntualiza el tesorero Escobar, fondeó en el puerto de Cartagena por el mes de agosto de 1730. Aunque en el «Proyecto para galeones y flotas» de 5 de abril de 1720, lleguen a especificarse, por la secretaría de hacienda, como medio centenar de artículos de exportación ( 11 ), el grueso del car– gamento estaba formado por tejidos de lana, algodón y seda en piezas y en prendas de vestir; cupos de hierro en barras, planchue- (10) Idem, fols. 795-795v. Jorge Juan y Antonio de Ulloa, Relación histórica del viaje a la América meridional, Madrid, 1748, parte I, lib. II, cap. VI, co:no Studer [8], pág. 197. (11) "Derechos que han de pagar todas las mercaderías y frutos que se embarquen para las Indias", lo inserta Antonio García-Baquero en Cádiz y e( A1lántico (1717-1778), Sevilla, 1978, págs. 200-201.

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