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INICIATIVAS REFORMISTAS DESDE EL NUEVO REINO DE GRANADA 235 adquiridas en Londres; o presentan como simples servicios de transporte, con la sobrecarga de remesas a confianza, auténticos negocio5 de compraventa (51). Intenta Escobar poner en guardia al virrey Guirior contra ese tráfico fraudulento (legal en apariencia) que está engrosando las arcas británicas del tesoro más que los asaltos esporádicos de sus corsarios. Y concluye su informe con fervientes votos por una mayor activación del tráfico mercantil entre los puertos del Caribe y del Mar del Sur; por un comercio libre entre las provincias del virrei– nato peruano y del neogranadino; por el fomento de las construc– ciones navales en Guayaquil y de las fábricas de jarcias y de lanas y del laboreo de minas tan privilegiadas; por la mejora y extensión agropecuaria «en tantos distritos de pan coger y de ganado mayor»; y por el ejercicio del marinerage y el estableci– miento de las fuerzas marítimas, «que para uno y otro mar y defensa necesita nuestra Península Española, cuio grueso pode– roso comercio lo tiene con vasallos de sus proprios Dominios, que deuen ser iguales en los fauores, además de ventaxas que resul– tan de lo traficable por mar, para que se augmenten las pobla– ciones ... porque son inmensos los despoblados y cada vez menos los Naturales e Yndios». Su larga experiencia americana le permite proponer el asenta– miento de personas y familias de extranjeros, expertos en artes y oficios mecánicos y en labores agrícolas, a condición de que sean «cathólicos romanos»; pues los avecindados que ha conocido y conoce se preciaron de buenos vasallos del monarca español, de igual modo que «sus hijos o criollos». Ha oído decir que en Chile y en Perú hay muchas familias nacionalizadas y genízaros del tiempo en que los franceses comerciaron por aquellos mares del Sur. Eco tardío, pese a la reiterada insistencia del excelentísimo don Manuel de Guirior y Portal de Huarte, tendrán en la Corte propo– siciones tan razonablemente liberales. (51) Barcia-Baquero [ll], I, págs. 479 ss., apunta algunos datos relativos a la actividad co– mercial ultramarina de agentes holandeses, franceses, ingleses, italianos y nórdicos, mediante testaferros gaditanos, que solamente por cobrar su comisión se habían ii;iscrito en el gremio del comercio.