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INICIATIVAS REFORMISTAS DESDE EL NUEVO REINO DE GRANADA 231 alcabala (en cada transacción), por las mercancías que un vecino cualquiera americano «de su cuenta, riesgo y propia caveza o cau– dal haiga traido de España o que se le haiga consignado, en que sólo en la Contaduría de Cádiz se le obligue al Juramento de ser dineros suyos. .. (como si porque son Mercaderes Americanos o vezinos dexen de ser Españoles y vasallos del Rey)» (41 ). Por último, abre palenque el contador Escobar en favor de la libre navegación por el río Atrato, con el fin de facilitar la comer– cialización de los oros del Chocó y de Antioquía y del ganado y los azúcares de Popayán; y con el de poner en cultivo las fértiles tierras ocupadas a la sazón por los indómitos indios darienes. Desde 1773 se entabla pugna entre el virrey de Nueva Granada, don Manuel de Guirior, defensor de aquella vía fluvial por razones politicoeconómicas, y el Consejo dé Indias, que las interpreta en sentido opuesto, como ruta expedita para el contrabando, espe– cialmente del oro en polvo. Hasta los días de su sucesor, don José de Ezpeleta (año 1796), no accederá el gobierno central al transporte por el Atrato; y aun entonces con muchos condicio– namientos. 4. REFORMA MONETARIA Capítulo enredoso, de gran interés, al que dedica Escobar las dieciséis últimas páginas de su informe a Guirior. Treinta años antes había ya insistido en diversos dictámenes al virrey Eslava acerca de la paridad monetaria de España y de América y sobre la necesidad perentoria de unificar su moneda corriente, «para que todas las que haigan · de fabricarse sean de un proprio cuño e intrínseca entidad de ley; y para que su efecto se recoja toda de cuños y sellos antiguos, de suerte que su co– rriente sea uniforme en todos sus Dominios, según los términos y circunstancias prevenidas en la Real Pragmática publicada» (42). El peso fuerte valía en América ocho reales de plata, equiva– lentes a 16 medios reales y 32 cuartillos de moneda fraccionaria. Los valores inferiores al cuartillo se denominaban bollos (acep– ción no registrada en los diccionarios), moneda simplemente ima– ginaria. Con un cuartillo se podía comprar, v. gr., un bollo de queso, otro de plátanos, otro de cazabe y un cuarto de azúcar. Si al cliente no interesaban todas esas mercancías, el abacero o pulpero marcaba en una tablilla o entregaba un papel de señal, (41) Escobar, Informe [4], fol. 818. (42) Escobar, Informe [4], fol. 831. La real cédula sobre recogimiento de la moneda macu– quina y sustitución por la de cordoncillo, librada en El Pardo, a 18 de marzo de 1771.
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