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IDlllARIO POLITICO DE D. GASPAR DE GUZMÁN, PRIVADO DE FELIPE IV 9 egoísmo de Castilla. Hubo y no poco de retraimiento y de suspicacia rural y roncera en Cataluña, Aragón, Valencia y Portugal; y no menos, según denuncia el Conde-Duque en el discurso presente, de recato y desconfianza con los vasallos de fuera de Castilla, por parte de los mismos Reyes. Y esa conducta inhibitoria, por desconfiada, esa desigualdad en el trato con los vasallos no castellanos, teníala "por el mayor yerro y de que más graves daños se han seguido, ame– nazan y se pueden temer en esta Monarquía". ¿Por qué, al enjuiciar el pensamiento político de Olivares, se pasan por alto afirmaciones tan contundentes? ¿Por qué las realizaciones no se ajustaron a sus propósitos de apacible convivencia social y polí– tica entre los diversos vasallos de Felipe JN? ¿Fue acaso suya toda o siquiera la parte principal de responsabilidad en la absorción por los castellanos de los cargos más importantes de la Monarquía? ¿Fue por su culpa la política posterior de intransigencia? El hombre y su circunstancia. Y circunstancia no desdeñable fue la bancarrota de la Real Hacienda, oficialmente reconocida en 1606. Y circunstancia digna de meditarse la guerra internacional heredada del anterior reinado, rota abiertamente por Francia en 1635. Hasta los rudos y decisivos choques con Barcelona y la Diputación del General, a raíz de la empresa de Leocata (año 1637), :p.o hemos sorprendido en Olivares otras muestras de disfavor respecto de los no castellanos que su displicencia por las peticiones del Virrey Car,– dona, juzgadas excesivas (19), y su irritación ante la negativa de valencianos, aragoneses y catalanes a plegarse al servicio o subsidio pecuniario reclamado por el Rey. Otros, con plebeyo egoísmo de aris– tócratas (20), sembraban la desconfianza hacia los vasallos foraste– ros. No el Conde-Duque, que reputaba tan felón al individuo como a la provincia, sea cual fuere, que recabase para sí todos los honore¡¡, y riquezas y toda la confianza del :¡v.[onarca. No el Conde-Duque, que (19) Archivo General de Simancas, Secretaria de Estado, leg. 2.657. Voto del Conde-Duque en la consluta del 27 de mayo de 1636. (2-0) "By the time, therefore, that Philip IV carne to the throne in 1621, the Spanish empire had acquired the a:ppearance of a Castillian empire. The nativ~s of the non-Castillian province were very alarmed. The Castillians had diverted the flow of royal mercedes for their own ends; they were monopolizing most of the offices and places of honour in the households and the empire...". Eiliot, J. H.: The King and the Catalana, en "The Cambridge Historical Joumal", XI-3, 1955, pág. 261.

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