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IDEARIO POLíTICO DE D, GASPAiR! DE GUZMÁN, PRIVADO! DE FELIPE IV 7 gasto y más puntualidad. Los hidalgos serán e~ contrapeso de los Caballeros y de toda la Nobleza. Fiel a estos principios, el Conde-Duque incqrpora a las• Juntas varios colaboradores que no habían alcanzado el tiratamiento de Don: José González, Pedro de Arce, el Licenciado Molilna... (13). En esto, eomo en todo, deberá proceder el Rey con moderación y prudencia. Sería por lo demás improcedente excluir por entero a la Alta Nobleza de los cargos de responsabilidad. Bien se cuidará ella de excluir al Conde-Duque de su clan cerrado (14). El pueblo vivía en pleitos con la miseria. El ~stado de los Reinos ,era quizá-advertía el Conde bien atinadamente~- el peor que nunca se ha 1 bía visto. Por tanto, continuaba, nada más ]>uesto en razón que contentarle con hartura de bienes, en vez de pensar en atajar sus ,querellas con medidas de rigor y de castigo; que si los mantenimien– tos fueran sobrados, no le gobernarían los nobles a su antojo, dán– dole a entender que le defendían covtra el Rey cada vez que S. M. les pidiera algún servicio o subsidit. La misma preocupación que su Valido ha,b,a manifestado Fe– lipe IV por aquel panorama angustioso, muy lu~go de heredada la Corona. No faltaron Juntas ni Reales Cédulas qljle intentaran reme– diar los odiados tributos y la mengua de nuestra jindustria (15). Maravilla la información que el Privado había ido adquiriendo de todo el regimiento de la Monarquía y la serena rectitud con que denuncia los vicios en la administración de justicia, tan donosamente zarandeados en los Sueños de Quevedo. Ni sus úonnaturales de Se– villa, ciudad que valía al Rey "más de un tercio: más que todos los otros reynos de Castilla juntos", vivían con sus tiquezas en prospe- ' (13) Menos drástico fue Olivares que el Servita P. Sjcar,pi en sus máximas venecianas de gobierno: "concentrar poco a ¡poco en ma~os del Consejo de los Diez y del Senado el poder, debilitar a los demás nobles pdr medio de la pobreza, promoviendo dentro del dominio veneciano las facciones, las confiscaciones, los matrimonios de l<;is herederos con venecianas; y en los dominios exteriores, alter– nativamente el pan y la estaca". Sus escritos -comenta Dilthey- y el Testa– mento de Richelieu "deben considerarse como la verdadera ¡plasmación de la razón de Estado, de Maquiavelo, por activos estadistas de grart genio". Dilthey, W.: Hombre y mundo en los siglos XVI y XVII. México, 1947, :pág. 281. (14) No insistimos en el pag.o que los Grandes dieron a \os desdenes del Conde– Duque, <porque bastan para mostrarlo las acotaciones d~l Dr. Marafión en el capítulo VII de su biografía sobre el Conde-Duque. (15) Carrera Pujal, J.: Historia Económica de Esvatia, I, pág. 514.

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