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FRAY MliGUEL DE PAMPLONA 351 exemplar gobierno y de la visita de la mayor parte de su Obispado que de un modo pocas veces visto hizo personalmente, a pie, sin cama, sin ninguna comodidad y sin más equipage que el Pontifical indispensable para las funciones de su Pastoral Ministerio». Hemos dado elementos suficientes para valorar con alguna pre- cisión estos encomios. Honor suyo innegable es que el sucesor en la mitra, don Pedro José Chaves de la Rosa, destacara como eclesiásticos beneméritos a algunos de sus colaboradores más alle– gados: el doctor don Saturnino García Arazuri, canónigo magistral, natural de Navarra, fundador a sus expensas de un colegio presti– gioso en. Arequipa, sujeto de « regular instrucción, buena conducta y prudencia», llegado a aquella ciudad como familiar del Ilmo. fray Miguel de Pamplona; el doctor don Tadeo de Llosa, natural de Arequipa, asesor del dicho fray Miguel, « de una conducta irreprensible, de literatura y celo por el aseo de la parroquia e instrucción de sus feligreses »; el doctor don José Pérez, natural de Granada, cura del Sagrario (en la catedral de Arequipa), secre– tario que fue del señor Pamplona, « de buena conducta y opositor a prebendas » 142 • Genio y figura Afirma el P. Rionegro, en nota que no hemos podido confirmar documentalmente, que S. Ilma. desembarcó en Cádiz, desde donde pasó al convento madrileño de La Paciencia, el 18 de julio de 1787; y « sin haber conseguido passar al sitio de San Ildefonso a Bessar la Mano al Rey», partió a los cinco o seis días para Barcelona con el P. Bernardino de Cádiz 143 • No debió de sentar bien aquella di– misión a Carlos III, que unos días antes (8 de julio de 1787) había recomendado en la « Instrucdón reservada a la Junta de Estado» creada aquel mismo día, la elección de obispos peninsulares que « con la voz, el trabajo y el ejemplo » restablecieran la disciplina del relajado clero colonial 1 '1 ""; porque constaba al monarca que el P. Pamplona era de esos prelados ejemplares. El Pardo. Los primeros misioneros embarcaron en Cádiz el 24 de febrero de 1784. " El P. Muro, provincial de mi Provincia de Valencia, logró que se fundase otro colegio en la Avana » - escribe fray Miguel, obispo « ex Arequipa » (AGI, Indiferente General, 1342). 142 AGI, Lima, 1572: « Nómina de los eclesiásticos beneméritos de este obispado de Arequipa », 30 de diciembre de 1788. Firma Pedro Josef, obispo de Arequipa. En el mismo legajo, la autobiografía de don Saturnino G. Arazuri. Al secretario del obispo Pamplona se le designa en el testamento de fray Miguel corno • Antonfo Pérez », no José. 143 FROILÁN DE RlONEGRO, Cartas y documentos de las misiones de los PP. Capuchinos en Venezuela, 1781-1788, Vigo 1931, 40. 144 En Biblioteca de Autores Españoles, tomo 115, Madrid 1959, p. 326, norma 8í.
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