BCCCAP00000000000000000001076
FRAY MIGUEL DE PAMPLONA 341 :;a la investigación. Afirma que, por ser criollo,. las autoridades pe– :ninsulares del Perú le acusaron de fomel)tar alborotos allá donde llegaba, de observar una conducta discutible, cuando no francamente irregular, y de haber cooperado al estallido de la revuelta y a la ...ejecución del corregidor don Antonio de Arriaga. « Tales acusaciones hasta cierto punto eran fundadas... No era Moscoso y Peralta pre– -cisamente un asceta, sino un eclesiástico con perfil renacentista, impetuoso, de gran sensibilidad y con tanto fervor por las cosas -divinas como por las humanas» 12' 9 • Es una actitud cómoda y .hasta simplista la de negar al adversa– ·rio toda razón - como pretende el P. Vargas Ugarte - y acusar -<le mal informados a cuantos obligaron a dicho obispo a abandonar su sede del Cuzco y trasladarse a España. Hasta el papa, Pío VI, habría procedido según un falso supuesto de culpabilidad, cuando le exhortó a pedir perdón a las autoridades metropolitanas 130 • Como el caso es demasiado complejo y son tantos los folios que ,de su proceso y defensa restan por examinar, forzosamente nos limitaremos por ahora a aquellos rasgos de su vida que -.directa– mente se relacionen con su hermano en el episcopado, fray Miguel ,de Pamplona. Don Juan Manuel Moscoso y Peralta había nacido en Arequipa, -.de padres españoles: don Manuel Moscoso, maestre de Campo y -doña Antonia de Peralta. Fue alférez real por derecho hereditario; casó con doña Nicolasa de Rivera y Salazar; enviudó, estudió teología -en la universidad de Cuzco, se ordenó de sacerdote, ejerció su ministerio en Moquegua y de allí pasó a Arequipa, de cuya catedral 'llegó a ser arcediano y obispo auxiliar: En 1771 fue promovido a la diócesis de Tucumán y en 1778 a la de Cuzco, de la que tomó posesión en diciembre de 1779, pocos días antes de que comenzaran ..a difundirse los primeros pasquines sediciosos. Participó activa– mente, con dinero, con pastorales y excomuniones, en la lucha con– tra los rebeldes Tupac Amaru; promovió luego una campaña de indulto general, que concedió el virrey Jáuregui, en favor de los rebeldes que se fueran sometiendo voluntariamente; recibió solem– nemente en Sicuani el juramento de fidelidad de uno de ellos, el ,cabecilla Diego Cristóbal Tupac Amaru; y a los pocos meses de aquella humanitaria ceremonia, se vio envuelto en una tupida red la fundación del hospicio como por la Relación del cura de Cayma don Juan Domingo de :·Zamácola, a que más adelante se hace referencia. En la Relación del virrey Jáuregui, n° 119, se comenta el episodio. 129 Daniel VALCÁRCFL, La rebelión de Tupac Amaru, 133. 100 R. VARGAS UGARTB, Historia de la Iglesia en el Perú, IV, 131-140 y 254 s (sobre el ,-0bispo Mosooso y Peralta).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz