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340 EULOGIO ZUDAIRE Desalojóse la tropa del comandante don Ramón Arias, que hubo de pasar al Tambo; y de acuerdo con el prelado, se erigió la iglesia del hospicio en viceparroquia para comodidad de los fieles 126 • Re– fiere un testigo contemporáneo, el doctor Francisco Xavíer de Eche– verría en su Memoria de la Santa Iglesia de Arequipa, que el efecto de aquella nueva institución fue fulminante: « Puso un hospicio para pobres mendigos y con este espanto se desterraron de la ciudad» 127 • De la fundación aquella y del precedente desahucio de la tropa pudo seguirse tal vez otra actitud menos estética y más ruidosa que la deserción voluntaria de los mendigos: el choque entre el obispo fray Miguel y el comandante de la guarnición, don Ramón Arias. « También han mediado algunos disturbios - consigna en su Memoria el virrey Jáuregui - entre el referido corregidor y el Rdo. Obispo en punto de jurisdicción y otras incidencias personales que mantienen en discordia sus ánimos ». El propio virrey tuvo que intervenir para serenar los ánimos; mas no debió de quedar tranquilo Su Excelencia, porque recomienda a su sucesor, Tea– doro de Croix, que continúe sus buenos oficios, de modo que, guar– dando el decoro debido a su dignidad, se mantenga la paz en aquella provincia y no sufra mengua la autoridad del que la go– bierna. « Los últimos oficios del Rdo. Obispo son vehementes y anuncian algunas deliberaciones que la sagacidad de V.E. sabrá consultar y prevenir » 128 • El obispo Moscoso En tanto que Vargas Ugarte considera definitivamente probada la inocencia política y la ingenuidad moral de este prelado cuz– queño, otro historiador sudamericano, Daniel Valcárcel, especiali– zado en el incidente sedicioso Tupac Amaru, del que saltaron salpi– ~aduras sobre el birrete prelaticio, deja al menos abierta una brecha 126 AHN, Jesuitas, 126 (6): Dirección General de Temporalidades, 2 de mayo de 1783; Informe de la Junta de Temporalidades de Arequipa, 7 de mayo de 1783; Carta colectiva tle fray Miguel, capuchino y obispo de Arequipa, don Baltasar de Sentmenat, don Juan Joseph de Larrea y don Juan Joseph de Arechavala al virrey don Agustín de Jáuregui, desde Arequipa, 27 de mayo' de 1783; Informe de don Bartolomé Bedoya, abogado defensor de Temporalidades, Lima, 2 de junio de 1783; Informe del fiscal Gálvez, Lima, 19 de julio de 1783; Acta de la Junta Superior de Aplicaciones, Lima, 23 de julio de 1783. 127 Publicado por P. Víctor Barriga, en Memoria para la historia de Arequipa, IV, 214. 1 28 J. M. Groot y M. de Mendiburu afirman que fueron las discordias entre el obispo y el corregidor don Ramón Arias. El propio virrey, Juego de consignar que las tropas del comandante Ramón Arias tuvieron que ser trasladadas al Tambo, menciona los disturbios « entre el referido corregidor ». Ahora bien, en la fecha en que se redactaba la Relación del virrey Jáuregui (finales del 83 y principios del 84) continuaba como corregidor de Arequipa don Baltasar de Sentmenat, según consta tanto por los documentos aducidos en

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