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338 EULOGIO ZUDAIRE miento en Arica de los capuchinos PP. Mariano de Junquera y Esteban de Ortega (febrero de 1784). El hospicio de Arequipa Dejó escrito el proprio virrey don Agµstín de Jáuregui, que fray Miguel se había mostrado preocupado por el alivio y so– -corro de los pobres, que abundaban en su demarcación y que en su visita a Lima había manifestado empeños denodados por erigir dos hospicios o albergues de necesitados, uno para hombres y otro para mujeres; « y como su frugalidad y desprecio a los bienes temporales le dan margen para convertir su renta en tan piadoso designio, considero que será ventajoso el progreso » 124 • Apenas tomó posesión de su sede, comenzó fray Miguel sus gestiones para aliviar a la ciudad del espectáculo de mendigos y va– gabundos, que habían aumentado considerablemente con los refu– giados de los pueblos destruidos por los rebeldes y que no bajaban <le 5.000. En 28 de marzo de 1783 dirigía un oficio al virrey, a quien proponía iba a dejar su alojamiento en el colegio de los regu– lares expulsos, para que en él pudieran alojarse debidamente tantos pordioseros y desocupados. En dependencias del mismo edificio se hallaba alojada la tropa de guarnición del comandante don Ramón Arias, uno de los jefes más activos contra la rebelión pasada; se les podría transladar a la finca « El Tambo», aneja a dicho colegio. En el mismo palacio episcopal y bajo la presidencia de su Ilustrísima 125 se celebró una junta a la que asistieron el general don Baltasar de Senmenat, coronel de los reales ejércitos, corregidor y justicia mayor .de Arequipa; el doctor don Juan José García Larrea, juez oficial y regidor perpetuo del ilustre cabildo (o muni– cipio), los jueces de la real junta (delegada) de aplicaciones y el co– ronel don Juan José de Arechavala, procurador general de dicha ciudad. De acuerdo con la real cédula de 14 de agosto de 1768, sobre temporalidades mandada guardar y cumplir en Indias por otra de 8 de abril de 1770, proponen al virrey que se apliquen a la dotación y subsistencia perpetua de un hospicio en Arequipa, co– mo alojamiento de pobres, inválidos y mendigos, todos los ramos de las dichas temporalidades. Constan éstas de varias fundaciones, cuyos 124 El virrey Agustín de Jáuregui, en la Relación inacabada que hizo de su gobierno (Madrid, B.N. ms. 3121 n° 9). 125 Quizá ocupó fray Miguel temporalmente como residencia el antiguo colegio de los jesuitas, o solamente como dependencias de la curia, puesto que entre los edificios más afectados por el terremoto de 1784 señala el cronista Juan Domingo de Zamácola como domicilio del obispo el palacio episcopal contiguo a la iglesia de S. Jerónimo.

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