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FRAY MIGUEL DE PAMPLONA 325 seguro], sin pedirme patente para su embarco; en todo el tiempo que estamos en estos Payses no se ha empleado más que en estarse en Cartagena un año y lo restante en Santa Fee; dice que para componer estas Missiones y yo enquentro que para descomponerlas... Quería que se perdiese la Mission del Ria de Hacha de los Yndios Guajiros, y aunque en parte es cierto no está pacificada aquella Na– cion, pero con todo no es Mission tan despreciable como el Padre la hace». Y sus indios chimilas, que « según el sentir del P. Pamplona eran un Parayso » (cartas de diciembre del 77 y 30 de marzo del 78), nada han progresado, sino retrocedido, « pues ya se han perdido los pueblos de Santa Martica, Potrero grande y las Pavas, y cada día están los Yndios en nuevas mutacio– nes ; el pueblo de Garupal está ya casi perdido y no es por culpa de la Mission, pues bastantes trabajos ha padecido. Sólo han sido las disposiciones que allá tomó el P. Pamplona con Dn. Agustín de la Sierra y ahora quiere éste remendar algunas cosas». ¿Por qué procedió en tal guisa fray Miguel? Porque « sólo vino a buscar seculares para prometerles marquesados, Con– dados y grandezas... - continúa el P. Moratalla - porque como aquí ha dado a entender que es Rey y que la Corona está en su mano, ha no ser por el buen ejemplo de los Religiosos, estaríamos por los suelos, pues aquí sólo ha servido el Padre para sí, alabándose a sí mismo; y a los demás dejándolos como cosa de poca entidad, por– que no han sido Mariscales de Campo ». Ni siquiera la fundación del hospicio de Santa Fe entusiasmaba al P. Moratalla, que tuvo que disuadirle de sus empeños en darle el carácter de « un colegio con las obligaciones de Monóvar » 93 , por considerarle ente de razón fingido y sin fundamento. « El está en la inteligencia que ha de governar algún Batallón de Soldados ». En aquel hospicio albergó, contra el clamor general de toda la misión, a sus dos amigos, los PP. Gayanes y Bocairente, que debieran estar trabajando entre los indios y ceder el puesto a Padres antiguos y de experiencia y no vivir allí ellos dos solos « como quieren, sin reconocer Superior; y esto proviene de aver sido el dcho. P. Gayanes el que le coadiuvaba en todas sus Ydeas ». ¿Por qué le mantiene aún en Santa Fe? Para que pueda continuar azuzando contra el gobernador Galluzo, contra el cual, no sin escándalo, pidió el P. Pam- ll3 Repase el lector lo que dejamos ya indicado sobre éste y otros conventos de retiro promovidos por el P. Colindres, y la parte que en aquel movimiento tuvo el P. Pamplona, ,según los estudios publicados por el P. Pobladura, arriba citados.

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