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FRAY Ml!GUEL DE PAMPLONA 323, Consistía éste en cien pesos duros, a cuenta del real erario,, por cada religioso que saliera a ejercitarse en las dichas misiones. Y por real decreto de 27 de diciembre de 1777 (de 17 o del 30, según otros errados cronistas), se ordenó al virrey y al señor arzo– bispo poner en posesión de dicha residencia de S. Felipe Neri al P. Félix de Gayanes, en nombre de ~a provincia de Valencia. Y el I4 de mayo de 1778 tomaba posesión oficial el P. Gayanes, de manos de don José Gort de Vargas, regidor, fiel ejecutor del Ilustre Ca– bildo Catedral, y delegado del virrey de Nueva Granada, en presencia de don José Antonio Isabella, canónigo racionero de la iglesia catedral, del escribano don José Antonio de Roxas y de « muchas gentes de entrambos sexos» 88 • En la toma de posesión protestó el P. Gayanes que se dejaría aquel hospicio únicamente cuando se juzgase inadecuado para la observancia perfecta de nuestra regla. Y el canónigo racionero, por su parte, que el cabildo catedral ni enajenaba ni podía enajenar aquella finca. Mas como dictara la experiencia ser incómodo aquel es-:ablecimiento para el normal funcionamiento de la comunidad rec~én fundada, hiciéronse nuevas diligencias por un nuevo solar. El regidor del cabildo secular o municipio, don Pedro de Ugarte, hízoles donación « inter vivos», ante el escribano real don José Ignacio Ramírez, del que, con su casa de tapia y tejas, poseía en el barrio de S. Victoriano, el 16 de septiembre de 1780. Evacuadas las tramitaciones pertinentes con el virrey y con el Consejo de Indias, bendijo la primera piedra de la definitiva residencia de S. José el señor arzobispo de Santa Fe, don Antonio Caballero y Góngora, el 18 de mayo de 1783. No se le llamaría, según real orden, colegio ni convento, sino hospicio. Con– sagró la nueva iglesia, a 9 de octubre de 1792, el sucesor en el arzobispado, don Baltasar Jaime Martínez 8 '9 • La casaca bajo el sayal Por dejar concluso el tema jurídico y la plasmación efectiva de proyecto tan importante como el de la residencia de Santa Fe, hemos quemado etapas. Fuerza es dar un salto atrás : que no todos vieron con ojos tan risueños aquellas gestiones de fray Miguel. Cuando ya éste se hallaba de regreso en Valencia, escribía el prefecto de Santa Marta, fray Joaquín de Moratalla, a su pro– vincial P. José de Monóvar: « El dfa 2 del corriente pasó a mejor 118 APV, Memorias históricas, loco cit. 8H APV, Crónicas III, libro quinto, cap, 24, p. 348; ANTONIO DE ALCÁCER, La Capu– china, 29-32.