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314 EULOGIO ZUDAIRE incluso retirarlos al Valle de Upar, si tuviesen por conveniente 67 ~ Y el capítulo misional de 1777 decidió, contra el parecer del P. Pam– plona, continuar en aquellos mencionados puestos, que por fin hu– bieron de abandonar en 1780 por las feroces embestidas de los goajiros 68 • Parece evidente que si por los meses de marzo y abril giró fray Miguel su visita a algunas estaciones misionales de Riohacha y dictó ciertas providencias, fue por las facultades que, con la patente de 13 de diciembre de 1774, había delegado en él, como en visitador gene– ral, el vicario provincial, P. Francisco de Albalate; de ahí nuestra extrañeza cuando las crónicas provinciales fijan el comienzo de su visita canónica en el día 5 de junio y el prefecto, P. Alcoy, con cierta imprecisión hipotética, el ocho o nueve de dicho mes 69 • El mes de julio debió de ocuparse en recorrer los poblados chi– milas 7 ·0 , conquista heroica de los capuchinos valencianos, que, de fieros corsarios fluviales del Magdalena, habían logrado pacíficos ciudadanos y cristianos al menos rituales, aunque no sin carne de mi– sionero 71 • Fue su apóstol más insigne el P. Antonio de Alcoy. Y por ellos mostró singular preferencia fray Miguel de Pamplona, porque les vio más propicios a la convivencia de lo que de los inquietos goajiros podía esperarse. Parecióle que debía intensificarse la reduc– ción de los dispersos en la selva y propuso al virrey dos nuevos establecimientos, además de los ya existentes de Garupal y Ariguaní, para garantizar de este modo una buena parte de la ruta de Pueblo Nuevo a los playones de San Antonio: « a los cuales [pueblos] yo daré Misioneros o Presidentes de los que infructuosa y peligrosa– mente se hallan detenidos en los pueblos de los indios guajiros de la Provincia del Rio de la Hacha». Podría aumentarse el número de poblados chimilas si el virrey diese orden a los gobernadores de Valledupar y de Santa Marta para que obligase a los que de esa tribu hubiese en sus jurisdicciones a regresar a su procedencia; y si pres– tase su apoyo a don Agustín Sierra, « fundador de estos chimilas » 67 APV, doc. 955-4: P. Joaquín de Moratalla al gobernador y comandante general (sin fecha). Respuesta del señor Tejedor desde Hacha, 11 de febrero de 1778. 68 ANTONIO DE ALCÁCER, Las misiones capuchinas, 226 s. Según la relación del P. Espera, todavía continuaban los capuchinos el año de 1788 en Camarones, Sabana del Valle y Boronata. Cf. BALTASAR DE LonARES, Los Franciscanos Capuchinos en Venezuela, II, 378 ss. 69 APV, Crónicas. III, libro quinto, cap. 17; Memorias históricas de la Mission, f. 20; doc. 933-7. 70 En su carta al padre provinclal desde Sabana del Tuerto, 24 de junio de 1776, Je· anuncia que su visita a los chirnilas « espero será en todo el mes que viene,, (APV, doc. 932-8). 71 En Sicarare descuartizaron y se comieron al misionero capuchino P. Antonio de Tolodella, el año 1740. Cf. ANB, Conventos, tomo 15, f. 509 (cf. ANTONIO DE ALCÁCER, Las· misiones capuchinas, 181).
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