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FRAY MIGUEL DE PAMPLONA 313 Nuevos temas habrán de suscitarse, pues hasta aquel grandioso afán de un colegio o seminario de misiones se había disuelto en una diplomática negativa del superior provincial de Valencia, que debió <le considerar fantasmagórico o, en todo caso, menos urgente que lo :Suponía el celoso discípulo del P. Colindres M. Por el momento pare– da preocuparle la evangelización de los indios chimilas, que la recla– maban con espíritu sincero. Visita canónica Cuántos días se entretuvo el P. Pamplona en sus charlas con el virrey Flórez, no podemos precisar; pero sin duda fueron menos de los que no sin cierto encono se le van a colgar en su cuenta. Por carta ,escrita desde Maracaibo, a 11 de abril del 76, nos consta al menos que había visitado en la misión de Riohacha los pueblos de Boronata, en -donde halló ejerciendo su µiinisterio a un capuchino (P. Mariano de Murviedro ), « bastante tranquilo por estar aUí la compañía de 100 caballos de Galluzo »; de Parauje, de indios recién reducidos, sin cura; el de Sinamaicll, de españoles rodeados de indios sin catequizar y en el que puso interinamente un capuchino, que debió de perma– necer muy poco tiempo, por la inseguridad indígena; « junto al Valle [de Upar] encontré un Capuchino [P. Bartolomé de Vinaroz] 65 ,de un pueblo de solos indios, llamado el Calabazo, que venía uyendo, aunque dixo que a buscarme y lo obligué a volver conmigo a lo menos a la provincia del Ria de Acha ». Eventualmente se habían retirado los capuchinos de las otras poblaciones goajiras « de solos indios » tras la sublevación de Apiesi, por consejo del coronel Arévalo y de .acuerdo con el visitador fray Miguel 66 • A instancias del propio visi– tador expidió el virrey Flórez un decreto, con fecha 24 de octubre de 1776, a tenor del cual se permitía « en fuerza de su ofrecimiento, pudieran quedar los curas de los pueblos de Boronata, Camarones y las quatro fundaciones de Bahiahonda, Sabana de el Valle, Sina– mayca y Pedraza », que eran de españoles: y dejó al arbitrio de los :Superiores de la misión aumentar el número de religiosos y hasta a•« No pensaremos ya más - respondía fray Miguel en su carta del..12· de febrero - por aora en -Seminario de Misionistas, como V.C. me lo previene, sino en remplazar las Mis• ,siones del Valle de Upar, que se van aumentando con muchos indios chimilas, que espon– taneamente vienen mui considerables ». 05 En la distribución misionera del afio de 1775 se halla dicho padre al cuidado de la población de Calabazo. Cf. ANTONIO DE ALCÁCER, Las misiones capuchinas, 212. 66 Fray Miguel de Pamplona: a don Manuel Antonio Flórez, virrey del Nuevo. Reino de :Santa Fe (Maracaibo, 11 de abril de 1776), en: A~B, Cvnventos, tomo 15, f. 69 s (véase en .ANTONIO DE ALCÁCl!R, Las misiones capuchinas, 217 s).

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