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312 EULOGIO ZUDAIRE De sus dos proyectos referidos, el de Valledupar, sobre ocupación <le la residencia abandonada por los dominicos para casa de recogi– miento y descanso de los misioneros capuchinos, fue aprobado por el virrey Guirior 5 ~ y puesto por obra, aunque contra la voluntad del prefecto, P. Antonio de Alcoy, y. de los padres residentes en Riohacha, por no haberse cumplido los trámites legales, a tenor de los cuales solo el Consejo de Indias podía conceder dicha autorización al padre comi– ·sario general y no al procurador eventual 6 <0. Con todo, aquel primer in– tento de fray Miguel fue un acierto; lo lamentable, según manifestará el arzobispo de Cartagena, ha de estar en que tarde aún varios años •en cuajar definitivamente. Mientras urdía aquellos proyectos, llególe -el permiso virreinal para girar su visita 61 ; pero cuando se disponía a practicarla, le sorprendieron unas tercianas dobles que le tuvieron •encamado durante 15 días, y la noticia de que el nuevo virrey, don Ma– nuel Antonio Flórez, llevaba ya un mes en Cartagena. Fray Miguel, que se hallaba en Santa Fe o en Honda, descendió río abajo del Magda– lena « con el virrey viexo » 62 y se presentó a Su Excelencia, « o por mejor dezir me a presentado su antecesor, mi paisano; pues, como dijo, más caso se haze de una carta de un conocido, que de ciento de •quien no se conoze; y después podrá v.m. azer su visita con más satis– fazion y fruto, como lo espero executar luego que acabe de convalecer». Quedó fray Miguel muy contento de aquella su primera entrevista. Tal vez remonte con el virrey nuevo, su asesor y su secretario, 50 leguas <lel Magdalena, de las 150 que hizo río abajo con el otro, « aunque quasi siempre enfermo... y entonzes hablaremos despazio » 63 • "9 Respuesta dada a nombre del virrey en Santa Fe, 15 de noviembre de 1775, en: ANB, Conventos, tomo 15, f. 572 s (en ANTONIO DE ALCACER, La Capuchina, 16 s). 60 APV, doc. 933-7: Misión del Tuerto, 16 de sept. 1776, P. Alcoy a su condiscípulo P. Andrés de Valldigna, ministro provincial. A 20 de mayo de 1786 se fundó definitivamente el hospicio de S. Francisco en la ciudad de Valledupar, a tenor de la real cédula de 20 de junio de 1782. Según el arzobispo de Cartagena don Baltasar Jaime, la tardanza en establecer dicha residencia, para retiro de los misioneros enfermos de cuerpo o fatigados de espíritu, fue una de las causas del retraso en la evangelización de los indios goajiros. Cf. ANTONIO DE ALCÁCER, Las misiones capuchinas, 230 y 238; APV, Crónicas. III, libro quinto, cap. 26, p. 350. 61 A 26 de noviembre de 1775 comunicaba el P. Miguel de Pamplona al virrey don Manuel de Guirior, su decidido propósito de realizar la visita canónica de las misiones de ·santa Marta y Riohacha; y a 31 de diciembre, le manifestaba Guirior su complacencia en ello ·y su voluntad de servirle; había ya dado orden al comandante Galluzo de atenderle « para que no carezca de todos los auxilios que puedan facilitarle el cumplimiento de tan santa obra"· En: ANB, Conventos, tomo 15, f. 525 (citado por ANTONIO DE ALCÁCER, La Capuchina, 18). 62 Aunque don Manuel de Guirior había sido nombrado virrey del Perú años antes -{señalan algunos historiadores la fecha de 1772, que nos parece prematura), no podía abando– nar su cargo de Nueva Granada hasta que se presentara el sucesor, al que debía entregar personalmente una Memoria o relación del estado en que dejaba el mando, así en lo refe– rente al patronato regio como a los asuntos militares, econórnicos, culturales y de evangeli• ·zación. 63 Fray Miguel de Pamplona al P. Andrés de Valldigna (Cartagena, 12 de febrero de 1776), en: APV, leg. 3/2, doc. 932-6. Recibióles el nuevo virrey a 9 de febrero.
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