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304 EULOGIO ZUDAIRE de los 22 pueblos de Santa Marta, Riohacha y Valledupar, para los-– cuales había reclamado el Sr. Obispo 20 sacerdotes misioneros, se, hallaron con que eran solamente 8 los pueblos formados, a cuyo frente se llallaban cuatro sacerdotes seculares y cuatro religiosos. El P. Mi-– guel, como presidente de la expedición, requirió del comandante interino, porque el titular había salido a castigar a unos indios su– blevados, que diese a cada uno de los expedicionarios por lo menos lo mismo que a cada soldado; y continuó viaje a Cartagena de Indias para entrevistarse con el comandante general de la provincia y con el obispo de Santa Marta. Consiguió de ellos que se asignase a cada uno el sínodo (diez reales diarios de vellón), desde el día en que, desembarcaron, como si estuviesen regentando parroquias; que les entregasen los ocho pueblos, pues por servirlos habían hecho aquella larga travesía desde España, y que dispusieran la fundación de otros. tantos, como en efecto lo fueron ejecutando 41 • Según informaba el P. Pedro de Altea a S.M., a los cinco días de haberse ausentado el P. Miguel de Pamplona con otro compañero para entrevistarse con el virrey, llegó a Riohacha el comandante interino, don José Galluso (o Galluzo), al cual suplicaron que distri-– buyera a los misioneros por los poblados. Quedaban 15 disponibles; faltaban de la lista los PP. Miguel de Pamplona y Domingo de Valen– cia, encaminádos a la capital; más otros dos (al parecer, los PP. Do– mingo de Bocairente y Miguel de Callosa) destacados por el propio· P. Miguel entre los indios chimilas, recién sometidos; y el P. Fran– cisco de Castells que se dirigió a Valledupar a hacer entrega al pre– fecto, P. Antonio de Alcoy, de las cartas del secretario Cueto y del padre provincial. de Andalucía, « cerradas, selladas, certificadas y lega-– lizadas », a fin de que reconociese por su inmediato superior como hasta la fecha no al provincial de Andalucía, sino al de Valencia 42 • Halló en Tucuy gravemente enfermo al P. Benito de Benicarló, ad– ministrole los últimos sacramentos y, a su muerte, le reemplazó en dicha parroquia 43 • Los demás misioneros se repartieron en los 13 pueblos fundados. (no 8, como escribía el P. Miguel de Pamplona) y en los otros dos 41 APV, doc. 932-11: Relación del viaje, del P. Miguel de Pamplona. Afirma el P. Altea. que al P. Domingo de Valencia se asignó al pueblo de Parauje, de indios bárbaros, que estu– vieron a punto de lincharlo. Escribió en cambio el P. Miguel al vicario provincial, P. Al– balate, que se lo había llevado consigo a Cartagena (APV, doc. 932-1, leg. 3/2: Cartagena, 15 de junio de 1775, autógrafa). 42 APV, doc. 910-1: Memorias históricas de la Mission, f. 17v; Crónicas. III, libro– quinto, cap. 16, p. 327. 43 Quedaban en 1776 de los misioneros veteranos los PP. Antonio de Alcoy, Ambrosio• de Belgida, Manuel de Montesa, Félix de Masamagrell y Francisco de Mosqueruela, según, las Memorias históricas de la Missión, f. 18, que refieren asimismo la muerte del P. Benito deo Benicarló y sustitución por el P. Castells.

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