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298 EULOGIO ZUDAIRE en 1765. « Pasado algún tiempo, las repetidas y tiernas instancias de la madre de nuestro fray Miguel obligaron a este prudente y amante hijo a solicitar de los superiores las licencias necesarias para pasar a Madrid, sin otro objeto que visitarla» 19 • ¿Cuándo y por qué esa visita? El 23 de febrero de 1768 llegaban al convento capuchino de Parma, construido a expensas de los Farnesio y espléndidamente do– tado por Carlos III, los PP. Francisco de Rincón y Pedro de Pamplo– na, compromisarios de Navarra para el Capítulo general de la Orden. Allí encontraron al P. Miguel de Pamplona, hijo del « señor González,. gobernador que fue de Pamplona y de madama Grini, aya de la prin– cesa de Asturias... Nos cortejó mucho y hablamos de largo de las cosas de España y de nuestro país» 20 • Años más tarde, el 1 de septiembre de 1773, despachaba el P. Erhard de Radkersburg, minis– tro general, el decreto de incardinación de fray Miguel de Pamplona a la provincia de Valencia 21 • Pudo venir a España por atender los ruegos de su madre; pero en su última enfermedad. No se explicaría de otro modo en un capu– chino de perfecta vida común. Y pudo entonces comprobar las refe– rencias de su amigo P. Colindres sobre la austeridad de la provincia valenciana, a la que gustosamente habría dado su nombre dicho Rmo. Padre, según escribía el definitorio provincial al ministro don Manuel de Roda 22 • En ninguna otra de las provincias había hallado aquel egregio promotor de los conventos de retiro una acogida tan cálida como en la de Valencia; y en ningún otro colegio o seminario de misiones como en el de Monóvar venían funcionando con más tranquilidad y paz franciscana los nuevos estatutos firmados el 7 de mayo de 1764. Eran análogos a los de Toro y Sanlúcar de Barra– meda. El papa Clemente XIV los había ratificado el 6 de septiembre de 1770, merced principalmente a las instancias de los PP. Zamora y Calzada y a la súplica de Carlos III, que en aquella aprobación parecía haber empeñado todo su regio patronato. Y por Valencia, y 19 Archivo Provincial de la Provincia Capuchina de Valencia ( == APV), Crónicas. Parte tercera, libro sexto, capítulo trigésimo primo: Elogio de el Ilmo. Sr. Dn. Fr. Miguel de– Pamplona y celebración de el Capítulo Provincial, p. 507 (por fray Antonio de Albaida). 20 CELESTINO DE AÑ0RBE, O.F.M.Cap., La antigua provincia capuchina de Navarra y Canta– bria (1578-1900). I: Desde los orígenes hasta la Revolución Francesa (1578-1789), Pamplona 1952, 351. 21 Roma, Archivo General de la Orden ( = AG), Tabulae omnium Capitulorwn genera– lium Fratrum Minorum Sancti Francisci Capuccinorum, f. 134 (según nota que nos había sido• facilitada por el P. Emilio M. de Sollana, culto archivero de la provincia capuchina de Valencia, fallecido el 25 enero 1970). 22 Cuando visitó la provincia de Valencia el P. Colindres, « quiso quedarse hijo de ella. y hermanado con todos sus individuos " -· escribieron a don Manuel de Roda desde Valencia el 22 de octubre de 1771. Cf. MELCH0R DE PoBLADURA, Los seminarios de misioneros..., en,. Coll. Franc. 32 (1962) 289.

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