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296 EULOGIO ZUDAIRE es más que no consignen los cronistas hecho alguno que nos induzca a formular hipótesis sobre el cambio radical y al parecer repentino que imprime a su vida don Miguel Fermín Jorge González y Basse– court, cuya vestición del hábito capuchino se fija el 19 de noviembre de 1751 en el convento de Guastalla, jurisdicción de aquel duque Far– nesio, que contaba entre sus damas de Corte a doña María Catalina de Bassecourt, viuda de don Juan González. Durante el noviciado envióle don Carlos, rey de las Dos Sicilias, el bastón de brigadier. Así al menos lo hace constar, en la ya citada efeméride, La Gaceta de Madrid. Prueba indudable de la estimación real; pero extraña, puesto que no ignoraba el Borbón la incompati– bilidad entre la inmediata profesión religiosa y el ejercicio de las armas. Cursó sus estudios teológicos en el propio convento de Guas– talla, bajo la dirección de fray Angélico de Sassuolo, « mi Lector de Dogmática», según manifestará no sin cierto orgullo el propio fray Miguel en sus memoriales a Carlos IV, cuando fray Angélico de Sassuolo, ministro general, se le ofrezca tan devoto de su persona y honrado con su amistad 15 • A fines del año 1760 hace fray Miguel una visita a los capuchinos de Roma, en compañía del venerable P. Lorenzo de Zibello. Ambos se sienten acuciados por el espíritu misionero en tierras lejanas 16 • El P. Pablo de Colindres, definidor general, les disuadió por entonces <le aquellos sus generosos propósitos. ¿Se fundará en esta noticia el P. Vargas Ugarte para afirmar que el P. Miguel de Pamplona fue misionero de Marruecos? Porque ni fray Domingo de Bocairente ni el cronista de Valencia ni el historiador Groot ni Mendiburu aluden a semejante empresa apostólica. Su espíritu reformista, que ha de seguirle hasta el sepulcro, sintióse fogueado en el cenáculo recoleto de los Padres definidores Pablo de Colindres, José María de Savorgnano e Hilarión de Feroleto, que, con el secretario de la procura, P. Romualdo de Friburgo y con d P. Querubín de Niza, « primer motor de la introducción de la ob– servancia», estaban planeando la fundación de conventos de retiro, en los cuales vivieran unidos « exclusivamente cuantos con mayor ,empeño quisieran amoldar su conducta al espíritu y a la letra de la legislación » 17 • Vuelto a Lombardía, diose con empeño « secretamente y con to- 15 Sevilla, Archivo General de Indias ( = AGI), Indiferente General, Jeg. 1342. Fray Miguel de Pamplona, obispo, al Rey. La Paciencia (Madrid), 16 de diciembre de 1790. rn MELCHOR DE PoBLADURA, O.F.M.Cap., El establecimiento de los conventos de retiro en la Orden Capuchina (1760-1790). en Col/. Franc. 22 (1952) 155. 17 MELCH0R DE P0BLADURA, art. cit., 55. De dicho laborioso estudio tomamos todo lo referente a este primer intento reformista del P. Miguel.

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