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66 EULOGIO ZUDAIRE, O. F. M. CAP. España (7). ¿ Quién proporcionaba los despachos al recluído Mr. de Peny? ¿ Fué quizá aquel· Guillermo Francisco, que, por los años críticos de 1640-1641, le remitía, desde Madrid a París, in– formes tan concretos sobre la situación interna de nuestra Mo– narquía? (8). Pero, amén de estos vigías rermanentes, pulularon observado- .res· ocasionales, al modo del P. Bachelier (9), que, so pretexto de llevar unas reliquias de San Isidro para impetrar la fecun– didad de la Reina francesa, Ana de Austria, trató de explorar las intenciones del Conde Duque; ni .faltaron informadores volun– tarios, como el supuesto espía doble, M. Pujols, el abad del Mo– nasterio de Urdax, Martín de Mayara, tantas veces elogiado en pública Junta del Consejo de Estado (10), o el monje Fe- (7) Un estudio espléndido sobre la. trascendencia literaria y sobre la reacción politica de los- teorizantes espafioles ante el "Manifiesto" de Luis XIIT es la tesis doctoral de don José María Jover: 1635. Historia de una polémica y semblanza de una !J16ner•ació.n. Madrid. C. S. I. C., 1949; 1 vo- lumen de 565 páginas. . .. (8) Cfr. M. H. E., vol. 21, págs. 358-488; vol. 22, págs. 446-461, en que se insertán varias de dichas cartas, •dirigidas por Guillermo Francisco a Mr. Peny. . (9) París AAE. aorr. Pol., vol. XVIII, fols. 389-393: RéZation du voya ge que Ze Rde. pere BacheUer Provincial des Minimes de Ohamtpagne a fait. 11. Madrid en Espagne par ordre et comonandement de Za Reyne en l'année 163"1. Sobre este amplio r.ela:to, copiado con letra menuda y apretada en el citado volumen de los AAE. de París, haremos oportunamente un cumplido co– mentado; Acerca de su trascendencia política, habló ya suficientemente A. Leman · en su obra RicheZieu et Olivares. Ifiurs négociiations secrétes de 1636 a 1642 pour Ze rétabZissement de Za paix. Lille, 1938, pág. 24 y sigs. (10) En Urdax, villa navarra colindante con Francia, existió desde me– diados o desde fines del siglo IX un monasterio que, en un principio, fué de canónigos regulares, y desde los últimos afios del siglo XIII, de indnjes pre– monstratenses. Lo destruyeron los revolu.cionarios franceses, entre los días 23 y 24 de septiembre de 1793. No debe confundirse el Real Monasterio de San Salvador de Urdax con el Urdaspalense, sito asimismo en Navarra. Era abad de San Salvador de. Urdax, por los días de Felipe IV, el Muy Magnífico don Martín de Mayora (A. G. Simancas, E., 2.656, pas~im), quien, a causa de los servicios prestados al Gobierno espafioi, "obtuvo 300 ducados de pensión, que no gozó; tuvo que escaparse de los franceses en varias oca-

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